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Expresionismo Abstracto

La energía interior convertida en gesto

El artista moderno vive en una época mecánica, y disponemos de medios mecánicos para representar los objetos de la naturaleza, como la cámara y la fotografía. El artista moderno, creo, está trabajando y expresando un mundo interior. En otras palabras, expresando la energía, el movimiento y las otras fuerzas internas.. ..el artista moderno está trabajando con el espacio y el tiempo, y expresando sus sentimientos, más que representándolos..

Jackson Pollock, 1950

Expresionismo abstracto: Jackson Pollock, «Autumn Rhythm (ritmo de otoño)», 1949. Pintura de esmalte sobre lienzo, Metropolitan Museum of Art. © Artists Rights Society, New York ·· David Smith, «Cubi XIII», 1963. Princeton University

Durante el siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, París fue la capital artística del mundo y el destino principal de los jóvenes artistas de todo el mundo y, por ello, la mayoría de los más importantes movimientos y estilos del arte moderno, desde el Impresionismo hasta el Surrealismo, nacieron en la capital francesa. No obstante, con la entrada del siglo XX, la pujante Nueva York comenzó a disputarle el trono, propulsada por un crecimiento demográfico y económico sin precedentes. Nueva York era solo una gran potencia económica, sino que también poseía el descaro de la juventud y la mirada abierta propia de una ciudad de inmigrantes. Ya desde finales del XIX, los grandes compradores de arte de la ciudad -incluyendo el entonces recientemente inaugurado Metropolitan Museum- viajaron a Europa en busca del arte del Viejo Continente, apostando por las entonces menos apreciadas obras impresionistas y postimpresionistas. Atraídos por esta atmósfera abierta y dinámica, durante la Primera Guerra Mundial varios artistas de vanguardia -como Marcel Duchamp o Francis Picabia– realizaron estancias en Nueva York, intercambiando ideas directamente con el arte americano, entonces dominado por el realismo de “Los Ocho” y la Escuela de Ashcan.

En el periodo de entreguerras llegan a Nueva York dos figuras que sería imprescindible en la génesis del Expresionismo Abstracto: el armenio Arshile Gorky (1904-1948) y el alemán Hans Hofmann (1880-1966). Otro hecho fundamental de este periodo fue la inauguración del Museo de Arte Moderno (MoMA), que jugó un papel fundamental para el desarrollo de un arte moderno americano. Entre 1936 y 1937, de forma consecutiva, el MoMA presentó tres exposiciones dedicadas al “Cubismo y Abstracción”, a los “Nuevos horizontes del arte americano”, y al “Surrealismo y Dada”, tres temáticas que prepararon el camino para el gran movimiento de arte americano de la década siguiente.

En los años anteriores al estallido de la Segunda Guerra Mundial, el creciente clima de miedo llevó a que un número cada vez más importante de artistas abandonase París y buscasen refugio en tierras más tranquilas. Con la amenaza de la expansión del nacionalsocialismo alemán recorriendo toda Europa, América parecía el destino más seguro. Entre 1939 y 1940 llega a Nueva York el surrealismo de Salvador Dalí y el arte abstracto de Piet Mondrian, y también lo hace el surrealismo abstracto de Roberto Matta, además de otras figuras de vanguardia como Marc Chagall, Max Ernst, o Fernand Léger. En definitiva, todo parecía indicar que, por primera vez en la historia, el siguiente movimiento artístico dominante en el arte occidental no nacería en Europa, sino en América. Y fue así cuando, incluso antes de concluir la Gran Guerra, apareció en Nueva York el Expresionismo Abstracto.

Orígenes del Expresionismo abstracto: Arshile Gorky, «The Liver is the Cock’s Comb» (El hígado es el peine del gallo), 1944. Óleo sobre lienzo, Albright–Knox_Art_Gallery. © Artists Rights Society, New York ·· Hans Hofmann, «Spring» (Primavera), 1944-45. Museo de Arte Moderno (MoMA) © Artists Rights Society, New York

Se ha dicho que el Expresionismo Abstracto fue el primer gran estilo artístico puramente americano, y si bien eso no es enteramente cierto (tal honor debería corresponder al tonalismo), si fue el primer estilo dominante que nació en los Estados Unidos. No obstante, a la hora de hablar de sus protagonistas debemos empezar por dos artistas de origen europeo, los ya mencionados Arshile Gorky (1904-1948) y Hans Hofmann (1880-1966). Gorky, que durante los primeros años de carrera experimentó en una amplia gama de estilos, desde el impresionismo hasta el cubismo, empezó a desarrollar hacia finales de la década de los 30 un estilo de abstracción lírica, que el también pintor Adolph Gottlieb definiría como “una boda entre la Abstracción y el Surrealismo. De estos opuestos podía surgir algo nuevo, y la obra de Gorky fue una evidencia de que esto era cierto. Lo que él sentía, supongo, era un sentido de polaridad, no de dicotomía; que los opuestos podían existir simultáneamente en un cuerpo, en un cuadro o en todo un arte”. La obra de Gorky influiría en prácticamente todos los artistas del Expresionismo Abstracto, especialmente en Willem de Kooning, del que hablaremos posteriormente. Por su parte, las obras abstractas creadas por Hans Hofmann a principios de la década de los 40 lograron, al ser expuestas en la Galería “Art of this Century” de Peggy Guggenheim, el aplauso de crítica y público, y animaron a otros pintores a experimentar con la abstracción. Como bien señala Pierre Restany (“Expresionismo Abstracto”, 1984), Hans Hofmann fue el artista que aclimató a los Estados Unidos el Expresionismo germánico, de modo que “Hoffman había de llevar a muchos jóvenes artistas a dar el gran salto, a comprometerse en una pintura de expresión directa”. Con el ejemplo de Gorky y Hofmann, las bases para la explosión definitiva del Expresionismo Abstracto estaban ya listas.

La más importante entre todas las figuras del Expresionismo Abstracto es Jackson Pollock (1912-1956). Nacido en Wyoming, pero criado entre Arizona y California, hasta 1945 su obra se vio influenciada tanto por la cultura de los nativos americanos como por los muralistas mexicanos. Entre 1947 y 1950 Pollock logra su madurez artística, el periodo del drip, en el que, vertiendo directamente pintura del bote al lienzo, habitualmente dispuesto sobre el suelo, crea obras de impresionante fuerza que muestran, en palabras de Pierre Restany, “el pleno dominio del ‘over all’ y del sentido de la escala y de la energía psíquica y nerviosa transformada en gesto”. Para esta técnica, es casi seguro que Pollock se inspirase en la artista Janet Sobel, quien ya usaba esta técnica a mediados de la década de 1940. Tras este periodo breve pero intenso, Pollock abandonó el “drip”, y sus últimas obras carecen del interés de las anteriores, salvo excepciones notables como el “Blue Poles” de 1952.

Expresionismo abstracto: Jackson Pollock, «Blue Poles», 1952. Óleo sobre lienzo, Galería Nacional de Australia © Artists Rights Society, New York ·· Willem de Kooning, «Woman I», 1950-52. Museo de Arte Moderno (MoMA) © Artists Rights Society, New York

A principios de la década de los 40, Willem de Kooning (1904-1997) -artista nacido en Holanda pero residente en los Estados Unidos desde los 22 años- mostró la influencia de Gorky en sus abstracciones de formas biomórficas, pero es a partir de 1950 cuando logra su madurez en su serie de “Mujeres”, recuperando temporalmente la figuración antes de volver a la abstracción a partir de 1953. Otras figuras destacables del apogeo del Expresionismo Abstracto son Franz Kline (1910-1962), de quien destacan sus obras pintadas en blanco y negro, como también hizo Robert Motherwell (1915-1991). Entre los pintores que siguieron experimentando con el Expresionismo Abstracto durante la década de los 50 debemos destacar a Clyfford Still (1904–1980) y Philip Guston (1913-1980).

Las mujeres tuvieron un papel muy relevante dentro del Expresionismo Abstracto. La obra de Lee Krasner (1908–1984) fue durante mucho tiempo oscurecida por la fama de su marido, Jackson Pollock, solo para ser reconocida como se merece seis meses después de su muerte, a raíz de una retrospectiva en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Más joven que el resto de pintores, Joan Mitchell (1925-1992) logró no obstante el reconocimiento bastante pronto, llegando a exponer en el «Ninth Street Show,» organizado por Leo Castelli en 1951. Más joven incluso que Mitchell, Helen Frankenthaler (1928-2011) se inició en el Expresionismo Abstracto, pero destacó sobre todo en la pintura Color Field, de la que hablaremos posteriormente.

En el campo de la escultura, se suele asociar al Expresionismo Abstracto parte de la obra de Alexander Calder (1898-1976) y John Chamberlain (1927-2011), aunque la figura más destacada, quien mejor supo trasladar la energía espontánea del Expresionismo Abstracto a las tres dimensiones, fue David Smith (1906-1965).

Color Field: Mark Rothko, «Yellow Expanse», 1953. Colección privada. © Artists Rights Society, New York ·· Helen Frankenthaler, «Mountains and Sea», 1952. National Gallery of Art, Washington. © Artists Rights Society, New York

La pintura “Color Field” (“campo de color”) se originó al mismo tiempo que el Expresionismo Abstracto (siendo precisos, unos años más tarde), y existe cierto debate sobre si considerarla como parte del mismo. Frente a la rabiosa gestualidad de líneas y trazos del Expresionismo Abstracto, los artistas del Color Field optan por grandes masas de color, muchas veces uniforme, ocupando la superficie del lienzo. Al mismo tiempo que Pollock creaba sus más enérgicos “drips”, Barnett Newman (1905-1970) pinta en 1948 su “Onement 1”, cuyo mensaje es captado por Mark Rothko (1903–1970), el más notable y famoso de todos los pintores del “Color Field”, pintor que, según sus propias palabras, buscó con sus pinturas “expresar las emociones humanas básicas: la tragedia, el éxtasis, la perdición”. Para Rothko, el color, “aunque no es un objetivo final en sí mismo, es su principal portador, sirviendo como el recipiente que contiene el contenido. El color puede ser salvaje, a veces ardiendo en tenso como los paisajes siderales, en otros desprendiendo un duradero resplandor (…) No hay límites a la amplitud de los sentimientos que permite expresar el color” (Peter Seltz: “Mark Rothko”, 1961)

Además de la ya mencionada Helen Frankenthaler, el legado del “Color Field” es continuado por Richard Diebenkorn (1922-1993), que formó parte del Movimiento Figurativo de la Bay Area durante los años 50, pero que en los 60 recupera los principios del “Color Field” en su serie de pinturas “Ocean Park”.

Al mismo tiempo que el Expresionismo Abstracto americano se desarrolla en Europa (más concretamente en Francia) el Tachismo, a veces llamado Abstracción Lírica, caracterizado, al igual que el “action painting” de Pollock, por la aplicación directa de la pintura desde el bote hasta el lienzo. Mientras que muchos destacados pintores del Expresionismo Abstracto fueron americanos nacidos en Europa, la que es posiblemente la figura más talentosa de la Abstracción Lírica, Jean-Paul Riopelle (1923-2002) fue realmente un pintor nacido en Canadá que trabajó durante gran parte de su carrera en Francia, exponiendo como “artista europeo” en el Museo Guggenheim en 1953. Además de Riopelle, se deben destacar las figuras de Pierre Soulages y Nicolas de Staël (1914-1955), además de los artistas del Grupo Cobra, especialmente a Karel Appel (1921-2006)

G. Fernández · theartwolf.com

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