Arte Barroco
Rompiendo con el orden
Yo definiría el barroco como aquel estilo que agota (o intenta agotar) deliberadamente sus propias posibilidades, y que roza la autocaricatura. El barroco es la etapa final de todo arte, cuando el arte hace alarde y derrocha sus propios recursos.
Jorge Luis Borges
Obras maestras del barroco: «La ronda de noche» de Rembrandt, 1642. Rijksmuseum, Amsterdam — Fontana dei Quattro Fiumi. Diseño de Gian Lorenzo Bernini, 1651. Fotografía: Paul Hermans
Orígenes del Arte Barroco
A mediados del siglo XVI, los primeros signos de debilitamiento en el estilo renacentista imperante comenzaron a ser evidentes en Italia, que había sido la cuna del movimiento. Miguel Ángel, una de los grandes figuras del Renacimiento, ya había mostrado una libertad inventiva que desafiaba el orden renacentista, en obras como su escalera para la Biblioteca Laurenciana de Florencia. Casi al mismo tiempo, Tiziano pinta en Venecia “La muerte de San Pedro Mártir”, obra de un dramatismo y violencia desconocidos hasta entonces, hoy conocida solo a través de copias, ya que la original resultó destruida en el siglo XIX. Poco después, los artistas del Manierismo, como Andrea del Sarto y Federico Barocci, y los pintores venecianos del Cinquecento, como Tiziano o Tintoretto, seguían mostrando su admiración por los maestros renacentistas, pero dejando atrás cualquier interés por el orden clásico, acercándose más a un estilo que hacía gala de una exageración y teatralidad ausentes en el Renacimiento.
Todo esto allanó el camino para el advenimiento de la primera gran figura de la pintura barroca: Caravaggio, cuyo estilo dramático y tenebrista inauguraría una nueva etapa en la pintura. En palabras de André Berne-Joffroy, “lo que comienza en la obra de Caravaggio es, sencillamente, la pintura moderna“. La obra de Caravaggio, junto con la de los manieristas, es observada por Peter Paul Rubens, quien a su regreso a Amberes inaugura el estilo barroco en el Norte de Europa, y, a su vez, serviría de inspiración para maestros como Velázquez.
Barroco temprano: Giacomo Barozzi da Vignola y Giacomo Della Porta: Chiesa del Gesù, Roma. Fotografía de Nicholas Gemini ·· Caravaggio: «Los tahúres», c.1594. Museo de Arte Kimbell
Al mismo tiempo, la arquitectura italiana comienza también a ver grietas en el orden renacentista (Leonardo Benevolo, en su “Introducción a la arquitectura”, dedica un excelente capítulo a este fenómeno, bajo el título de “La crisis del clasicismo”). Entre 1568 y 1580, los arquitectos Giacomo Barozzi da Vignola y Giacomo Della Porta completan en Roma la Iglesia del Gesù, un edificio que desafía el concepto de templo basilical con naves laterales, optando por una gran nave única, de decoración ostentosa de mármol policromado y acabados dorados. En el siglo siguiente, Bernini (quien también llevaría el estilo barroco a la escultura) y Borromini renunciarían por completo al orden renacentista para inaugurar un estilo más libre, más proclive a los efectos ópticos y de perspectiva. El barroco, en la arquitectura, “es liberación espacial, es liberación mental de las normas de los tratadistas, de las convenciones, de la geometría elemental y de todo lo estático” (Bruno Zevi: “Saber ver la arquitectura”, 1948)
Aunque este ensayo, en línea con la página web que la aloja, está centrada en las artes visuales, no podemos dejar de destacar la importancia de la música barroca, en la que, gracias a compositores como Johann Sebastian Bach o Georg Friedrich Händel, nacieron formas musicales como la ópera o la sonata.
Todo esto fue en gran parte consecuencia de un fenómeno social más profundo, relacionado con una profunda crisis social que había hecho perder la confianza en el humanismo del Renacimiento. Durante el siglo XVI, la Iglesia Romana perdió a gran parte de los países del norte de Europa a raíz de la Reforma protestante, mientras que el Imperio otomano amenazaba el Oeste de Europa, llegando incluso a tomar Hungría. Después de la crisis social, llegó una gran crisis económica que contrastaba con el esplendor vivido durante el siglo que siguió a la conquista de América. En este contexto, el Barroco -dramático, personal, impulsivo y, sobre todo, libre- se presenta como una reacción frente al idealismo del Renacimiento.
Diego Velázquez: «Las Meninas», 1656. Madrid, Museo del Prado ·· Nicolas Poussin: «Et in Arcadia ego», 1628. Óleo sobre lienzo. París, Louvre
El Barroco por países
Italia: las principales figuras que dieron origen al barroco italiano (Barocci, Caravaggio, Vignola) ya se han mencionado al comienzo de esta página. La enorme influencia de Caravaggio dio lugar a la aparición de un grupo de seguidores (llamados los Caravaggisti) entre los que destacó Artemisia Gentileschi. Frente al claroscuro y los temas en ocasiones violentos de los Caravaggisti surge un estilo más clasicista, liderado por las figuras de Annibale Carracci y Guercino. El gran genio de la escultura barroca, el Miguel Ángel de su época, fue Gian Lorenzo Bernini, quien también fue una importante figura en la arquitectura, campo en el que sobresalió Francesco Borromini.
Flandes: como ya se ha mencionado, el Barroco llega a Flandes con la Peter Paul Rubens, pintor enormemente prolífico cuya popularidad sirvió para que otros pintores, como Velázquez. Jacob Jordaens y Anton van Dyck son figuras en cierto modo opuestas. Mientras que el primero jamás abandonó Flandes, van Dyck se formó en Italia y desarrolló gran parte de su carrera en Inglaterra.
Países Bajos: el llamado “Siglo de oro holandés” está liderado por la colosal figura de Rembrandt, una de las cumbres de la pintura barroca. La obra de Frans Hals, destacado retratista, influyó en pintores modernos como Édouard Manet. En los Países Bajos cobra gran importancia la pintura de paisajes, con pintores como Hobbema o los hermanos van Ruysdael. Dentro de la llamada Escuela del Delft destaca la precisión de la obra de Vermeer.
España: dentro de la pintura del Siglo de Oro español destaca Diego Velázquez, la gran estrella del barroco pleno junto con Rembrandt. Otros nombres importantes de la pintura española son Francisco de Zurbarán, Bartolomé Esteban Murillo y José de Ribera. En la escultura destacan las obras, siempre de carácter religioso, de Gregorio Fernández, mientras que la arquitectura estuvo liderada por la familia Churriguera. El Barroco español tuvo gran influencia en la pintura barroca desarrollada en América, donde destacó Cristóbal de Villalpando.
Francia: la pintura francesa estuvo liderada por el clasicismo de Nicolas Poussin, que influiría en gran parte de la pintura francesa posterior. No obstante, también hubo seguidores del tenebrismo de Caravaggio, como fue el caso de Georges de La Tour. En la arquitectura sobresalió el proyecto del Palacio de Versailles, iniciado por Louis Le Vau. Gran parte de las esculturas más destacadas del periodo estaban ligadas a los proyectos arquitectónicos, como es el caso de François Girardon y sus esculturas para el ya mencionado Palacio de Versailles.
G. Fernández · theartwolf.com
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