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Caravaggio

«Lo que comienza en la obra de Caravaggio es, sencillamente, la pintura moderna«

André Berne-Joffroy

La historia de la pintura está llena de genios de notable talento, de mentes brillantes que inspiraron a otros a buscar su propio camino, pero pocos, muy pocos, tuvieron una influencia tal que su obra cambió para siempre la evolución del arte. Caravaggio, el padre de la pintura barroca, fue uno de ellos.

Imagen: Retrato de Caravaggio (c.1621), obra de Ottavio Leoni.

Michelangelo Merisi da Caravaggio nació en Milán en 1571, comenzando su aprendizaje artístico a los 13 años. En 1592 se trasladó a Roma para comenzar su carrera como pintor. Es en la “ciudad eterna” donde pinta sus primeras obras de interés, como “Niño con un cesto de frutas” (1593), “Jugadores de cartas” (1594) o “La Buenaventura” (1594-95), de las que realiza varias versiones con el objeto de lograr el mayor número posible de clientes.

A medida que su fama en Roma aumentaba, también lo hacía la importancia de sus encargos, y el pintor logró pronto sus primeros encargos de temática religiosa para el cardenal Francesco María Del Monte. Llegarían así obras como “La muerte de la Virgen”, hoy en el Museo del Louvre, y La vocación de San Mateo”, uno de los puntos álgidos de la pintura barroca, conservada todavía en la Iglesia de San Luis de los Franceses en Roma. En esta extraordinaria pintura, escogida por theartwolf.com como una de las 50 obras maestras de la pintura, la luz asume «toda su capacidad de alianza plástica, psicológica, dramática y simbólica. Como ha dicho Argan (1976), todo ocurre en este ‘instante de luz’» (Eugenio Carmona Mato, «Caravaggio», 1993). Junto con » La vocación de San Mateo«, Caravaggio pintó «El martirio de San Mateo», pintura de idénticas dimensiones donde el tenebrismo logra enfatizar de forma notable la violencia de la escena. «Si la ‘Vocación’ apelaba al silencio, en el ‘Martirio’ parece oírse el choque de las armas, de los pies que huyen, del gran cuerpo que se desploma» (Damián Bayón, «Caravaggio y el caravaggismo», 1981)

Pero no era solo entre los destacados mecenas y cardenales donde el nombre de Caravaggio era conocido. Su fama de violento, de bebedor, y de pendenciero iba en aumento. Se dice que en las cantinas de Roma temían al impulsivo Caravaggio, tan hábil con el pincel como con el cuchillo. En 1606, Caravaggio fue acusado de asesinato y se vio obligado a huir a Nápoles.

Caravaggio: “La vocación de San Mateo”, 1599-1600. Óleo sobre lienzo, 340 x 322 cm. Iglesia de San Luis de los Franceses, Roma ·· Caravaggio: “Madonna del Rosario”, 1607. Óleo sobre lienzo, 364,5 × 249,5 cm. Kunsthistorisches Museum, Viena.

En la ciudad del Vesubio, Caravaggio continuó pintando obras maestras de gran complejidad, destacando la “Madonna del Rosario”, hoy en Viena, y “Siete acciones de misericordia”, que permanece en Pio Monte della Misericordia en Nápoles. Su fama le hizo viajar a Malta, invitado por la Orden de los Caballeros de Malta, en 1607. Aquí realiza una de sus más importantes obras maestras, la monumental «La decapitación de San Juan Bautista» de la Concatedral de La Valeta. Pero su problemático carácter no se apaciguó, siendo expulsado de la orden apenas un año después por “faltas a la moral”. Regresó a Nápoles, donde fue víctima de un intento de asesinato, y dos años después lograría ser indultado en Roma, donde moriría el 18 de julio de 1610, a los 38 años de edad.

La importancia de Caravaggio en la historia del arte es, como hemos dicho, colosal, creando una escuela de seguidores, los “caravaggistas” o “tenebristas”, procedentes de toda Europa. Su fama se ha visto aumentada por su tempestuosa vida, los rumores -aparentemente fundados- sobre su homosexualidad, y por el hecho de que algunas de sus obras aún no han sido localizadas, lo que ha dado lugar, en los últimos años, a que se hayan anunciado varios presuntos “hallazgos” de obras perdidas del pintor, algunos con más fundamento que otros, pero ninguno enteramente fundado.

Si Caravaggio viviera hoy, le encantaría el cine; sus cuadros tienen un enfoque cinematográfico. Los cineastas conocimos su obra a finales de los 60 y principios de los 70, y ciertamente fue una influencia para nosotros (…) Hay algo en Caravaggio que muestra esa sabiduría callejera del pecador; sus cuadros sagrados son profanos

Martin Scorsese

G. Fernández · theartwolf.com

Obras Maestras de Caravaggio

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