Saltar al contenido
La Gran Esfinge de Giza

La Gran Esfinge de Giza

Lifting para la Esfinge

4500 años bajo el sol del desierto, soportando días infernales, frescas noches, tormentas de arena, el temido khamsin, y la invasión sucesiva de griegos, romanos, expoliadores y turistas, son demasiado para cualquiera, incluso si estamos hablando de una imponente y pétrea criatura de 20 metros de altura, mitad león, mitad ser humano. Por ello, el Gobierno egipcio ha decidido llevar a cabo una completa restauración de uno de los más importantes monumentos del Antiguo Egipto, la Gran Pirámide de Giza, centrándose en el pecho y el cuello de la colosal estatua. Además, se llevará a cabo una reconstrucción completa de su desaparecida nariz, una decisión que traerá, si duda, bastante polémica.

Sobre la Esfinge de Giza

¿Necesita algún tipo de presentación la celebérrima esfinge? Posiblemente no, al menos para el iniciado -no digamos ya el experto- en la egiptología. Vamos a dar, no obstante, algunos datos sobre ella.

Una esfinge es, en concepto, una criatura de cuerpo de león y cabeza humana. Sobre el significado religioso de tal criatura no existe constancia hasta el Imperio Medio, cuando se comienza a identificar dicha figura con el dios Harmakhis. La Gran Esfinge de Giza es la mayor representación de una esfinge en todo Egipto, y su cronología y autoría aún no están del todo aclarados, siendo la teoría que sitúa su construcción en la época del faraón Kefren (2558- 2532 a .c.) la más aceptada hoy en día, aunque existen hipótesis que la atribuyen a Keops, e incluso visionarios y soñadores que afirman que existía antes de los egipcios.

En la actualidad, y pese al paso de los siglos y las agresiones sufridas, su estado de conservación es aceptable, y es uno de las grandes atracciones turísticas de Egipto. Por descontado, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO

Mito y realidad

El Antiguo Egipto es tierra de misterios y leyendas, acrecentados hasta casi lo ridículo por el cine y la literatura, que, para desesperación de los egiptólogos, han infestado nuestras conciencias con historias sobre maldiciones, pirámides llenas de trampas mortales, momias con muy mala leche e incluso faraones extraterrestres. Sin necesidad de llegar hasta tales extremos, la egiptología documentada nos ofrece suficientes misterios como para llenar nuestras sedientas imaginaciones. Y por supuesto, muchos de ellos relacionados con la majestuosa esfinge, sin duda el monumento más conocido de la Tierra de los faraones, únicamente superada por las Pirámides vecinas.

Famosa entre los egiptólogos es la Estela del Sueño , erigida por Tutmosis IV tras caer dormido a la sombra de la Esfinge en un sueño en el que la estatua le ofrecía el trono de Egipto a cambio de que el futuro faraón ordenase retirar la arena que entonces cubría gran parte de la misma. Tutmosis cumplió su palabra (lo cual demuestra que lo de restaurar la esfinge viene ya de lejos) y, ya sea por intervención de la Esfinge , por méritos propios, o por mera casualidad, el entonces príncipe se convertiría en faraón por encima de dos hermanos mayores que él.

Otra leyenda (o realidad, para muchos) es la que se refiere a unos supuestos túneles existentes en la Esfinge , que la comunicarían con las pirámides vecinas o con una supuesta Biblioteca milenaria (Lovecraft apoyaría esta teoría.) enterrada bajo las ardientes arenas del desierto. Poco después de la Segunda Guerra Mundial, el príncipe Faruk, quizás envidiando la suerte de Tutmosis IV, visitó una noche la Esfinge , y regresó contando como había encontrado, dentro de la misma, una estancia guardada por un autómata (?) No sabemos qué había cenado Faruk aquella noche, pero la digestión debió ser bastante movida. En tiempos más recientes, se han descubierto una serie de agujeros o cavidades en el interior de la Esfinge , en donde muchos han querido ver un intrincado sistema de túneles. Pero si estos túneles son obra del hombre -sean antiguos egipcios o fracasados expoliadores- o, por el contrario, formas caprichosas causadas por la poderosísima erosión desértica, aún no está aclarado.

Follow us on:

Lifting para la Esfinge