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‘Edvard Munch: La Mirada Moderna’ en la Tate Modern

Edvard Munch - Chicas en el puente

Edvard Munch
Chicas en el puente, 1927
© Museo Munch / The Munch-Ellingsen Group /DACS 2012

‘Edvard Munch: La Mirada Moderna’ en la Tate Modern La exposición ‘Edvard Munch: La Mirada Moderna’ propone un diálogo entre las pinturas y dibujos realizados por el artista en la primera mitad del siglo XX y su a menudo ignorado interés en los medios artísticos modernos, como la fotografía.

28 de junio – 14 de octubre de 2012.

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Fuente: Tate Modern

Pocos artistas modernos son más conocidos y sin embargo menos comprendido que Edvard Munch (1863-1944). A menudo se le presenta ante todo como un artista del siglo XIX, un simbolista o pre-expresionista, pero esta exposición pretende mostrar cómo se involucró con énfasis en las preocupaciones del siglo XX que fueron verdaderamente representativas de la modernidad de la época. La exposición cuenta con más de sesenta pinturas, cuidadosamente seleccionadas, y cincuenta fotografías, junto a su menos conocida obra fílmica. Estas obras revelan el interés de Munch en los temas de actualidad, y cómo sus cuadros se inspiran en escenas observadas en la calle o en incidentes reportados en los medios de comunicación. Lejos de limitarse al trabajo de estudio, Munch trabajaba frecuentemente al aire libre para captar la vida cotidiana.

La exposición también examina cómo Munch repite a menudo un mismo motivo pictórico durante un largo período de tiempo con el fin de trabajarlo en profundidad. Reúne las diferentes versiones de sus obras más célebres, como «El Niño Enfermo» de 1907 y 1925 y «Las chicas en el Puente» de 1902 y 1907. Al igual que otros pintores modernos, Munch adoptó la fotografía en los primeros años del siglo XX y sus actividades fotográficas se centraron en gran medida en el autorretrato, que obsesivamente reestudió y reelaboró. Los autorretratos también se encuentran en el corazón de su obra pictórica. En la década de los 30 desarrolló una enfermedad ocular e hizo obras conmovedoras en las que mostró los efectos de su vista perjudicada. Su último trabajo mostrado en la exposición es uno de estos autorretrato.

El uso que Munch hace de los prominentes primeros planos y las fuertes diagonales hacen referencia a los desarrollos tecnológicos del cine y la fotografía. La ilusión de que los actores se mueven hacia el espectador, como sucede en una pantalla de cine, está presente en muchas de las obras más innovadoras de Munch, como «En la mesa de operaciones», pintada entre 1902 y 1903, y «El tronco amarillo» (1912, Museo Munch). Munch fue también muy consciente de los efectos visuales provocados por la introducción de la iluminación eléctrica, como se refleja en la serie de obras de 1907 titulada «La Sala Verde».

«Edvard Munch: El ojo moderno», ha sido organizada por el Centre Pompidou, Musée national d’art moderne, París, en colaboración con el Museo Munch de Oslo y en asociación con la Tate Modern de Londres.

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