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El Bosco

¿Qué soñó el Bosco? Con la Pasión de Cristo,
De la maldad y la estupidez de los soldados,
De la vanidad y la fugacidad de esta vida terrenal,
Del infierno con sus instrumentos de tortura,
De la tentación contra la que los hombres santos pueden oponer poca resistencia….

André Breton

Pocos pintores “antiguos” provocan tanta fascinación en el público moderno como El Bosco. Pintor dotado de una fantasía abrumadora, original y único en su tiempo, creador de universos visuales habitados por ingenuos pecadores, seductoras jóvenes, y vengativos demonios infernales, sus obras pueden haber perdido fuerza en su mensaje moralizante, pero su fuerza visual continúa impactando hoy en día.

Imagen: Atribuido a Jacques Le Boucq: “Retrato póstumo de El Bosco”, c.1500

Tal es la fascinación que la imaginativa obra de El Bosco provocó durante el siglo XX, que a menudo se sitúa al pintor como un más que discutible precedente de movimientos y vanguardias modernas, como el surrealismo. Walter Bosing, que considera tal idea como «anacrónica«, advierte de que «El Bosco no pretendía evocar el inconsciente del espectador, sino transmitirle ciertas verdades morales y espirituales» (Walter Bosing, «El Bosco», 1973). En este sentido, más que como un precedente a movimientos posteriores, a El Bosco se le podría considerar como la culminación de la tradición humorística y algo grotesca de varias miniaturas flamencas del siglo XV que, como sucede en las obras de El Bosco, reflejan -de nuevo en palabras de Bosing- «las esperanzas y los temores de una Edad Media que se aproximaba a su fin«.

Poco se sabe de la vida temprana de Jheronimus van Aken. Su padre era pintor, de fama modesta, y en su taller debió formarse el joven El Bosco. Es posible que sus primeras obras daten de la década de 1470, y de hecho una “Adoración de los Magos” conservada en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York se atribuye generalmente al artista, con una fecha aproximada de hacia 1475. En la década siguiente ingresa en la congregación religiosa de la Ilustre Hermandad de Nuestra Señora. De antes del fin de siglo datan otras obras de autoría más o menos clara, como “La coronación de espinas” de la National Gallery de Londres o el “San Juan Bautista en meditación” de la Fundación Lázaro Galdiano de Madrid, así como su primer tríptico conocido, “Adoración de los Magos” del Museo del Prado.

El Bosco: “El jardín de las Delicias”, c.1500-1505. Óleo sobre tabla, 220 x 386 cm. Museo del Prado, Madrid. ·· El Bosco: “El carro de heno”, c.1500-1516. Óleo sobre tabla, 135 x 100 cm. Museo del Prado, Madrid.

Su obra más célebre, y una de las pinturas más famosas del arte occidental, es el tríptico de “El jardín de las delicias conservado en el Museo del Prado, cuya datación es sujeto de debate, aunque generalmente se acepta la fecha de 1500-1505 como la más probable. En torno a esa fecha, El Bosco recibe un importante encargo del duque de Borgoña, Felipe el Hermoso, para ejecutar un monumental “Juicio Final”. Aunque existen varios trípticos de El Bosco con esta temática (en Viena y Brujas), ninguno de ellos coincide con la descripción de esta obra, por lo que se considera como obra perdida.

De los últimos años de vida de El Bosco se cree que datan algunas obras célebres, como el tríptico de “Las Tentaciones de san Antonio”, hoy en el   Museu Nacional de Arte Antiga de Lisboa, o el también tríptico de “El carro de heno”, conservado en el Museo del Prado.

Se sabe que el pintor falleció en 1516, siendo enterrado el 9 de agosto de ese año. Hoy en día, la atribución de las obras de El Bosco sigue siendo problemática, ya que el éxito del artista provocó la aparición de numerosos imitadores y seguidores. El rey Felipe II fue un enamorado de la obra de El Bosco, lo que provoca que hoy en día la mejor colección de sus obras se encuentre en el Museo del Prado, incluyendo el ya comentado tríptico de “El jardín de las delicias”.

G. Fernández · theartwolf.com

Obras Maestras de El Bosco

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