Wassily Kandinsky · Der blaue Reiter
Kandinsky es uno de los nombres propios de la pintura del siglo XX, ya que tradicionalmente se le considera el creador de la abstracción. No obstante, sus primeras obras, como la aquí comentada, son tremendamente interesantes por constituir un puente entre el postimpresionismo y el expresionismo. De hecho, Kandinsky siempre se sintió impresionado por la obra de Claude Monet. Contemplando uno de sus «almiares» en una exposición en Moscú, comentaría: «Y de pronto, por primera vez, vi un cuadro. Leí en el catálogo que se trataba de un montón de heno, pero yo no podía reconocerlo (…) Me di cuenta de que faltaba el objeto del cuadro (…) Lo que tenía perfectamente presente era la insospechada y hasta entonces oculta fuerza de la paleta”
“El jinete azul” es, además de una obra extraordinaria por el manejo de la luz y el color, y la simpleza con la que se consigue el contraste entre el movimiento del jinete y el estático paisaje de fondo, el nombre de una editorial que agrupaba a alguno de los principales pintores expresionistas como Franz Marc o el propio Kandinsky. “El jinete azul” no era ni un movimiento ni una escuela. Más bien se trataba del punto de encuentro de varios artistas descontentos con el devenir del movimiento “Die Bruke” (El Puente). “El Jinete Azul… La suerte está echada”, escribiría Franz Marc. Una suerte que concluiría cuando la Primera Guerra Mundial dispersaría a sus protagonistas.
Text: G. Fernández, theartwolf.com
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