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Rafael · La Escuela de Atenas

1511 – Fresco – Palacio Apostólico, Ciudad del Vaticano

Como muchas otras obras maestras del Renacimiento, el fresco de “La Escuela de Atenas” nació de un capricho papal. El entonces recientemente elegido Papa Julio II decidió no usar los aposentos de su predecesor, Alejandro VI, y quiso instalarse en unas habitaciones decoradas entonces con frescos de varios artistas, entre ellos Piero della Francesca.

El encargado de redecorar estas habitaciones fue el joven Raffaello Sanzio. Sabemos que Rafael lamentó tener que destruir las obras de Piero della Francesca, a quien admiraba. Tal vez para honrar al antiguo maestro, Rafael se esforzó en pintar en la conocida como “Stanza della Segnatura” un ciclo de frescos enormes en ambición y exquisitos en calidad, homenajes al conocimiento. La primera pintura en ser finalizada fue “La disputa del Sacramento” (cuyo título original pudo haber sido “El triunfo de la Iglesia”), dedicado a la teología. Posteriormente pintaría “El Parnaso”, oda a la poesía. Y antes de pintar “Virtudes cardinales y teologales y la ley”, Rafael creó el más famoso homenaje a la filosofía clásica, la sensacional “La Escuela de Atenas”.

Las grandes dimensiones del fresco (más de 7 metros de largo por 5 de alto) permiten a Rafael crear una composición compleja en un escenario en el que destaca la marcada perspectiva del templo del fondo. Las dos figuras centrales, que Rafael consigue destacar situándolas sobre el cielo que se puede ver a través del arco clásico del fondo, son Platón (representado como Leonardo da Vinci) y Aristóteles. Alrededor de ellos se desarrolla una escena protagonizada por los grandes pensadores, matemáticos y científicos de la antigüedad clásica, que Rafael representa como algunos de los grandes artistas de su época: Bramante como Arquímedes, Heráclito como Miguel Ángel, o el mismo Rafael como Apeles, quien mira directamente a ojos del espectador, al igual que hace Hipatia, vestida de blanco desde la parte opuesta de la escena.

Admirada por artistas y aficionados al arte de todas las épocas, “La Escuela de Atenas” es una de las indiscutibles obras maestras del arte universal, y un doble homenaje a la ciencia y filosofía de la antigüedad clásica, y al espiritu humanista del Renacimiento.

Texto: G. Fernández, theartwolf.com

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