Los Pixies en acción en Kansas City en el año 2004

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¿EL REGRESO DE LOS PIXIES?

La noticia ha saltado como una bomba en el Festival Internacional de Benicassim: los Pixies, una de las bandas más originales de los últimos 25 años, volverán a componer nuevos temas a partir del próximo mes de septiembre, casi 15 años después de la publicación de su último álbum, el «Come on pilgrim».

Tras separarse en 1993, varios miembros de la banda iniciaron interesantes carreras en solitario, pero sin acercarse a la genialidad anterior. El cantante y alma mater del grupo, el genial, histriónico, inclasificable y ovnifílico Black Francis mudó su nombre artístico por el de Frank Black y publicó una serie de álbumes con desigual fortuna. La bajista Kim Deal -cuya relación artística con Francis había llegado a un desencuentro aparentemente insalvable- alcanzó el éxito con las Breeders y su tema «Cannonball» . El fabuloso guitarrista Joey Santiago siguió con su rabia en The Martinis , y al batería David Lovering hacía tiempo que le habíamos perdido el rastro.

En 2003, el siempre orondo y entonces ya calvorota Frank Black continuaba proclamando a los cuatro vientos que la banda no se reuniría «nunca. Jamás». Pero al año siguiente los cuatro parecieron limar sus diferencias (especialmente Mr. Black y Mrs. Deal) e iniciaron una serie de conciertos, tocando siempre temas de sus antiguos discos. Tuve ocasión de asistir a dos de esos conciertos en Europa, y puedo atestiguar que no han perdido un ápice de su fuerza. Todo lo contrario, siguen siendo más demenciales, histriónicos y alternativos que cualquiera de las jóvenes bandas indies que pululan hoy en día.

No obstante, como fan de los Pixies, este anuncio, paradójicamente, me preocupa: Come on pilgrim, Surfer Rosa, Doolittle, Bossanova, Trompe le Monde . son los 5 discos originales de los Pixies, 5 discos que bien podría figurar entre los 100 mejores discos de las últimas décadas. ¿Estarán los nuevos temas a la altura de estas fantásticas obras maestras, o por el contrario estaremos asistiendo al regreso frustrado de una banda que exprimió todo su mercurio marciano en un lustro fabuloso, hace ya más de 15 años?

Nada me haría más feliz que equivocarme en mis temores. Nada. Ojalá así sea, y que podamos recorrer la autopista hacia Rosswell otra vez, levitando como pájaros soñadores sobre el Monte Olimpo. Por lo de pronto, en septiembre volveremos a viajar al Planeta del Sonido. Y ya veremos que es lo que nos espera allí