El Museo arqueológico
Cambios en el Museo Arqueológico Nacional
Cambiará su nombre por el de Museo Nacional de Arqueología, más acorde con su función. Además, se creará un nuevo Patronato y se convocará un concurso para la designación de nuevo director
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26 de mayo de 2009 – El director general de Bellas Artes y Bienes Culturales, José Jiménez, ha presentado junto a la directora del Museo Arqueológico Nacional, Rubí Sanz, las líneas maestras para la renovación de la institución museística que, a través de su replanteamiento integral, dará lugar al futuro Museo Nacional de Arqueología (MNA).
Esta actuación, que se inspira en los principios generales del Ministerio en materia de cultura y museos, como el reconocimiento de la diversidad cultural y el fomento de la cooperación y la cohesión social, pretende revalorizar de este modo una de las instituciones más importante del Estado en lo relativo a la arqueología. Así, su nuevo nombre servirá para enfatizar la misión arqueológica del Museo, subsanando un error que llevaba a confundir la función del Museo con su denominación
El futuro Museo Nacional de Arqueología (MNA) debe convertirse en el referente del resto de museos de arqueología, dentro de la Red de Museos de España, posicionándose como uno de los centros más destacados del Estado español en materia de Patrimonio Arqueológico. Para ello, el MNA del siglo XXI requiere necesariamente una redefinición de su misión, funciones, responsabilidades, singularidad, identidad y relaciones. Será la institución de referencia internacional en materia de arqueología, depositaria de las colecciones arqueológicas representativas de los distintos universos culturales de la Península Ibérica. Buscando la máxima excelencia en todas las piezas y elementos que configuran la colección del Museo, que será puesta en valor, en la exposición permanente se mostrarán las culturas representativas de la Península, desde la Prehistoria hasta el final de la Baja Edad Media y el reinado de los Reyes Católicos; igualmente, se mostrarán colecciones de otros pueblos mediterráneos y europeos relacionados con las primeras.
Al mismo tiempo, el museo debe ejemplificar la transferencia de los resultados de la investigación a la sociedad, desde una perspectiva contemporánea, integradora y crítica, así como facilitar a los distintos tipos de usuarios diferentes niveles de información, accesibles y de calidad; y unos servicios completos y modernos, acordes con la sociedad actual y propios de una institución de esta envergadura e importancia. Esta voluntad de profundizar y perfeccionar la relación del museo con los ciudadanos debe entenderse por el carácter eminentemente democrático de las instituciones museísticas.
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