Francis Bacon: «Study of Red Pope 1962. 2nd Version 1971»
(«Estudio de Papa Rojo 1962. 2ª Versión 1971»)
Óleo sobre lienzo, 198 x 147.5cm.
Obra maestra de Francis Bacon en Christie’s Londres Christie’s sacará a subasta la obra maestra de Francis Bacon ‘Estudio de Papa Rojo 1962. 2ª versión 1971’, no expuesta en público desde hace 45 años, en su subasta de arte contemporáneo y de post-guerra, el 6 de octubre de 2017.]]>
16 de septiembre de 2017, fuente: Christie’s
Se trata de la gran obra final de su célebre «corpus» de retratos papales, y es la única pintura que reune al Papa con el amante de Bacon, George Dyer, que se representa como el reflejo del Papa. Expuesto por primera vez el 26 de octubre de 1971, en la legendaria retrospectiva de la obra de Francis Bacon en el Grand Palais de París, «Estudio de Papa Rojo 1962. 2a versión 1971» fue pintado seis meses antes, en abril de 1971. La pintura representa la primera y única vez en su obra que Bacon unió a sus dos mayores obsesiones: el Papa y George Dyer, su gran musa y su amante. El lienzo se convirtió en una premonición trágica del final fatídico de Dyer cuando, menos de treinta y seis horas antes de la inauguración de la exposición que definió la carrera del artista, Dyer fue encontrado muerto. Adquirido por la familia del actual propietario en 1973, este lienzo ha aparecido en todas las publicaciones más importantes dedicadas a la obra de Bacon, pero nunca ha sido expuesto públicamente.
Francis Outred, Presidente y Jefe de Arte Contemporáneo de Christie’s, explica: «Esta pintura es simplemente historia del arte. Si la obra de Bacon fue moldeada por su devoción hacia George Dyer, y las secuelas de su muerte proporcionaron sus trípticos más oscuros y más célebres, entonces esta pintura representa el hito definitivo. Pintado seis meses antes de que George Dyer se suicidara, en vísperas de la gran retrospectiva de Bacon en el Grand Palais, es una trágica premonición que une a las dos mayores musas de Bacon, el Papa y George Dyer, por primera y única vez. Sobre un fondo de lienzo desnudo, un extraordinario estallido de expresión produce un torbellino de actividad, atrayendo al espectador primero hacia la suntuosa sinfonía de formas rojas redondeadas, y luego al Papa en el centro de la composición, cuyo propio reflejo aparece en la parte de atrás del espejo, con George Dyer en el frente. La mano de Dyer están listas para apagar la luz. Raramente he visto un solo panel poseer tanto poder y profundidad (…) Esta pintura meestremece, y estoy emocionado de compartirla con el público en octubre.”
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