Vincent van Gogh: «Monte bajo con pareja»
Vincent van Gogh: «El jardín de Daubigny»
Vincent van Gogh: «El ayuntamiento de Auvers el 14 de julio»
Vincent van Gogh: «Calle en Auvers»
VAN GOGH – LOS ULTIMOS PAISAJES
Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid – del 12 de junio al 16 de septiembre del 2007
]]>
Aunque pueda parecer contradictorio, a menudo ocurre que cuanto más se habla sobre la vida de un artista, menos se conoce su obra. Esta paradoja es aplicable a un pintor tan famoso y sobre el que se ha escrito tanto como Vincent van Gogh, en especial cuando nos referimos a su última etapa, aquellos dos frenéticos meses en Auvers que Ingo Walther llamó «el acorde final» del pelirrojo holandés. Todos conocemos la historia del genio loco, de cómo se dirigió a un descampado con un arma en la mano para dispararse un tiro que resultaría fatal, pese a los esfuerzos de su hermano y de su amigo el doctor Gachet para salvarle la vida, pero ¿conocemos realmente la importante obra artística que Vincent creó durante este tiempo? Un breve repaso a las obras más famosas del artista nos puede dar la respuesta: ni «la noche estrellada», ni «los girasoles», ni «la habitación del artista en Arles», ni ninguna de las obras mostradas hasta la saciedad en postales, libros o postres fue creada durante la última etapa del artista. Y las dos únicas obras de este periodo que salen de este «anonimato popular» («Retrato del doctor Gachet » y «Trigal con cuervos» ) son más comentados por su asociación con la presunta locura de su autor que por sus innegables valores pictóricos. Por ello, la exposición «Van Gogh: los últimos paisajes» que el Museo Thyssen de Madrid ha organizado constituye una oportunidad única de acercarse a esta «semidesconocida» versión de uno de los artistas más fascinantes de la historia del Arte.
Hay que decir, en primer lugar, que la exposición del Thyssen presenta dos limitaciones: una autoimpuesta y otra no. Al acotar este viaje por la obra del genio holandés a sus paisajes, perdemos la perspectiva de los geniales retratos que van Gogh creó en esta etapa, pues si bien es cierto que muchas de las obras maestras del pintor en el campo de la paisajística fueron realizadas en épocas anteriores («la noche estrellada», «lirios», «la llanura La Crau en Arles».), ningún retrato del artista es comparable -con la única excepción de sus autorretratos- a los realizados en Auvers, como el célebre » retrato del doctor Gachet » o la » joven campesina» . Ciñéndonos estrictamente al paisajismo, la exposición, pese a su rica y muy interesante selección de obras, presenta algunas ausencias claves, comprensibles debido a lo muy solicitadas que están las obras del inclasificable pintor holandés, siendo las más notables «La iglesia de Auvers» del Orsay, el «Paisaje con carro y tren al fondo» del Museo Pushkin o el célebre «Trigal con cuervos» del Museo van Gogh. Ausencias, como ya hemos comentado, muy comprensibles, y que no restan valor a la selección de obras que se puede admirar en el museo madrileño.
Breve pero intensa, la exposición se organiza en cuatro etapas dispuestas en cuatro salas diferentes. «Una tradición de paisajistas» hace referencia a las influencias que van Gogh experimentó de otros grandes paisajistas de la época, como Cézanne o Pisarro, de los que se exponen algunas interesantes obras, como la «Vista de Auvers» del primero. Estas obras, que el doctor Gachet poseía, fueron muy admiradas por el pintor holandés.
«Chozas y casas nuevas» es una clara muestra del amor por el mundo rural que van Gogh poseía, y que le hacía sentirse a gusto en Auvers, una población aún marcadamente rural pese a estar situada a escasos kilómetros de Paris. Tal vez se echa de menos una comparación con las primeras pinturas de viviendas rurales que van Gogh realizó en Nuenen, Holanda, a comienzos de su carrera.
«En campo abierto» es una vuelta más de tuerca en este extraño idilio entre Vincent y el mundo rural. Los campos abiertos, «sublimes y trágicos», siempre ejercieron un extraño magnetismo sobre van Gogh. «Campo de amapolas» y «Campo de trigo con acianos» son dos excelentes obras, pero esta es quizás la parte de la exposición en la que se echa más de menos la presencia de alguna obra de más valor, como «La llanura de Auvers» o la ya mencionada «Trigal con cuervos».
Por último, «La última serie» es quizás la más interesante de todas, ahondando en el nuevo formato horizontal (50×100 cm.) que van Gogh comenzó a desarrollar durante las últimas semanas de su vida. Destaca especialmente «El jardín de Daubigny», posiblemente la obra más importante de las expuestas en la muestra del Thyssen, una visión alegre y vibrante de uno de los pocos lugares en los que el atormentado Vincent llegó a ser feliz.
Para saber más:
– «Van Gogh: la obra completa – pintura» – Ingo F. Walther y Rainer Metzger. Editoria Taschen. ISBN 3-8228-8014-0
– www.vggallery.com: todas las obras de van Gogh disponibles en Internet.
– www3. vangoghmuseum .nl: sitio online del Museo van Gogh de Amsterdam
Follow us on: