Roman Signer: «Kajak mit blauen Fässern», 2016
Fotografía: Aleksandra Signer
Roman Signer: «Regenschirm mit zwei Ventilatoren», 2015
Fotografía: Aleksandra Signer
Roman Signer: Nuevas Obras en el Kestner Gesellschaft El Kestner Gesellschaft presenta la obra del artista Roman Signer (*1938, Appenzell) en una extensa exposición individual con nuevas obras, creadas principalmente durante los últimos tres años. Del 25 de agosto al 4 de noviembre de 2018.]]>
Fuente: Kestner Gesellschaft
La obra diversa de este escultor suizo queda representada con trece esculturas e instalaciones, así como cinco películas, en los dos pisos de la sala de exposiciones del Kestner Gesellschaft. Conocido por sus explosivas “performances”, el artista ha estado trabajando en un concepto amplio de la escultura desde principios de los años setenta. El enfoque de la obra de Signer se centra en los procesos, las propiedades del material, y el trabajo con objetos cotidianos. Sus obras muestran conexiones con arte conceptual, el Land Art y el Arte Povera. Signer aumenta las tres dimensiones de la escultura con un cuarto: el tiempo. Usando objetos cotidianos en movimiento -como una cortadora de césped en movimiento y helicópteros a escala-, el paso del tiempo y las huellas de eventos pasados también se hacen visibles y tangibles como metáforas de la fugacidad. La exposición “Roman Signer: New Works” también presenta dos instalaciones que se presentarán por primera vez en el Kestner Gesellschaft.
En las obras de Roman Signer, los objetos cotidianos -como bicicletas, bastones, helicópteros y drones- aparecen situados en nuevos contextos. Los objetos no se exponen en su función habitual, sino en situaciones inusuales y a veces humorísticas. Por ejemplo, la instalación “Schirm” (2016) presenta dos ventiladores que participan en una especie de diálogo a través de la apertura y el cierre de un paraguas. Por su parte, el video “Dachlawine” (2017) muestra barriles industriales llenos de agua que se sueltan de sus amarres de forma simultánea tras una explosión y ruedan por un techo.
Las fuerzas físicas -explosiones, energía hidráulica o motores de combustión, así como la fuerza de la gravedad- están en el centro de las obras de Roman Signer y revelan su potencial escultórico. De este modo, la velocidad, la potencia y el paso del tiempo se vuelven tangibles. Los espectadores pueden entender el tiempo como movimiento en el espacio. El tiempo también aparece reflejado mediante huellas del pasado (como en “Spur”, 2016), y como el futuro posible, como en “Kajak” (2016), que podría rodar por las salas de la exposición sobre dos barriles industriales.
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