Phyllida Barlow: GIG. En Hauser & Wirth Somerset Hauser & Wirth presenta ‘GIG’ de Phyllida Barlow, la exposición inaugural de Hauser & Wirth Somerset. Del 15 de julio al 2 de noviembre de 2014.]]>
Fuente: Hauser & Wirth
Desde finales de la década de los 60, la artista británica Phyllida Barlow se ha centrado en la experiencia física de los materiales, que se transforma a través de capas, por su acumulación y yuxtaposición. Los procesos directos y prácticos de Barlow emplean materiales fácilmente disponibles, como cartón, cemento y yeso, poliestireno, madera y pintura. La práctica escultórica de la artista se basa en una tradición anti-monumental, y tiene que ver con la relación entre los objetos y el espacio que los rodea.
Al entrar en la galería, el espectador se encuentra con una jubilosa cacofonía de de pompones de tela de colores brillantes, suspendidos de una estructura de madera que se extiende hacia las vigas del edificio del Threshing Barn. Pasando estos pompones junto al ‘untitled: pianoframeandcover’ en la galería contigua, la entrada parece estar bloqueada por una masa fijada a una superficie de chapa de madera pintada. La sala está tan densamente llena de formas precarias que uno de los objetos escultóricos ha sido empujado hacia el exterior, y puede ser visto desde la ventana de la galería.
Cruzando el umbral de la Pigsty Gallery, la puerta está ocupada por un bloque de poliestireno del que sobresale ‘untitled: grinder’. Con reminiscencias de un objeto mecánico pasado de moda que hubiera sido inmovilizado, los dientes de madera pintadas de vivos colores se extienden diagonalmente a través del espacio, levantándose y pasando por debajo de la viga de madera del techo.
Situado al aire libre, ‘untitled: megaphone’ llega hasta los seis metros de altura, como para anunciar un nuevo uso del edificio. Se encuentra cerca de un grupo de pilas de sillas pintadas de vibrantes colores que sugieren un público ausente, que todavía no ha llegado a una actuación que todavía no ha comenzado.
Al entrar en la galería principal, el espectador se enfrenta a un conjunto de piezas de madera pintadas, fijadas al suelo en bases de cemento. Recordando ‘Smoke Rings’ de Bruce Nauman, el espectador se ve obligado a dar la vuelta a la obra, mirando a través de huecos a un espacio en el que no puede entrar. Arriba, tres elementos arquitectónicos montados en paredes opuestas se extienden sobre el perímetro vallado y penetran en el volumen vacío que queda fuera de todo alcance. Mediante la colocación de las obras de esta manera, Barlow desafía y dicta la experiencia de ver y moverse en el espacio.
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