Dóra Maurer: “Relative Quasi Image” 1996, colección privada © Dóra Maurer Fotografía: Vintage Galéria / András Bozsó.
Gran exposición de Dóra Maurer en la Tate Modern Desde el 5 de agosto de 2019 hasta el 5 de julio de 2020, la Tate Modern muestra las obras innovadoras y alegres de Dóra Maurer (nacida en 1937 en Budapest) en una exposición gratuita durante un año.]]>
Fuente: Tate Modern
Esta es la primera exposición en el Reino Unido que muestra la carrera de cinco décadas de Maurer, y reúne 35 obras de sus series conceptuales, desde fotografías y películas experimentales hasta sus coloridas obras gráficas y sorprendentes pinturas geométricas. Se abre junto con una selección de exposiciones gratuitas en la Tate Modern, que incluyen las de Sol LeWitt, David Goldblatt y Franciszka y Stefan Themerson.
Dóra Maurer surgió como parte de una generación de artistas neo-vanguardistas húngaros durante la década de los 60, y realizó un trabajo altamente experimental en paralelo al sistema de arte «oficial» del régimen socialista. Como artista, profesora y curadora de arte, desarrolló una red internacional en toda Europa y se convirtió en una figura muy influyente para los artistas más jóvenes. La muestra, que ocupa cinco salas de la Tate Modern, abarca esta carrera diversa, centrándose en los temas de movimiento, desplazamiento, percepción y transformación que continúa explorando en su trabajo actual.
Formada como artista gráfica y grabadora en la década de los 50, Maurer comenzó rápidamente a llevar el medio a sus límites en sus primeros trabajos. En la innovadora “Seven Foldings” de 1975, por ejemplo, se dobló siete veces una plancha de impresión de aluminio antes de obtener la imagen definitiva. Maurer pasó posteriormente a crear series fotográficas conceptuales y cine experimental, a menudo explorando secuencias abstractas y haciendo un análisis de los gestos cotidianos.
A medida que su trabajo se hizo más geométrico y abstracto, Maurer exploró la pintura basada en sistemas, y la manera en que las formas geométricas se ven afectadas por el color y la percepción. En 1983, una comisión para un proyecto en el Schloss Buchberg, cerca de Viena, le dio la oportunidad de expandir su pintura en un espacio tridimensional, lo que supuso un cambio importante en su trabajo.
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