Izquierda: Jacques-Louis David (francés, 1748-1825). “Bonaparte cruzando los Alpes” (Bonaparte franchissant le Grand- Saint-Bernard), 1800–1. Óleo sobre lienzo (261 x 221 cm). Colección de Château de Malmaison. (Foto: Cortesía de RMN-GP)
Derecha: Kehinde Wiley (EE.UU., nacido en 1977). “Napoleón liderando el ejército sobre los Alpes”, 2005. Óleo sobre lienzo (274,3 x 274,3 cm). Museo de Brooklyn; donación parcial de Suzi y Andrew Booke Cohen en memoria de Ilene R. Booke y en honor de Arnold L. Lehman, Mary Smith Dorward Fund y William K. Jacobs, Jr. Fund, 2015.53. © Kehinde Wiley. (Foto: Museo de Brooklyn).
Jacques-Louis David y Kehinde Wiley en Brooklyn El Museo de Brooklyn presenta ‘Jacques-Louis David meets Kehinde Wiley’, una exposición que combina una pintura icónica de la colección del Museo, ‘Napoleón liderando el ejército sobre los Alpes’ de Kehinde Wiley (2005), con su imagen original de principios del siglo XIX: ‘Bonaparte cruzando los Alpes’ de Jacques Louis David (1800-1). Del 24 de enero al 10 de mayo de 2020.]]>
Fuente: Museo de Brooklyn
Al exponer las dos pinturas juntas, en diálogo entre ellas por primera vez, la exposición explora cómo las ideas de raza, masculinidad, representación, y poder han evolucionado en la historia del retrato occidental. La exposición está organizada por el Museo de Brooklyn en colaboración con el Castillo de Malmaison, donde se expone permanentemente la versión original del retrato de David. Antes de viajar al Museo de Brooklyn, las dos pinturas se mostraron en el Castillo de Malmaison.
El famoso retrato de David fue encargado en 1800 por el rey Carlos IV de España en un esfuerzo por ganar el favor de Napoleón Bonaparte, quien entonces era primer cónsul de Francia. En los dos siglos transcurridos desde su comisión, la pintura ha inspirado numerosas interpretaciones, pero ninguna parece tener tanta presencia en la cultura contemporánea como la versión a gran escala de Wiley.
David representó a Napoleón según la tradición de los retratos ecuestres de comandantes históricos como Aníbal y Carlomagno, amplificando la grandeza del retrato, que conmemoraba la expedición del Primer Cónsul y su Ejército a través del Gran Paso de San Bernardo, en los Alpes. En la pintura, Napoleón lleva a sus soldados desde lo alto de un corcel, aunque en realidad hizo este viaje a lomos de una mula. Este es solo un ejemplo de cómo “Bonaparte cruzando los Alpes” construyó una imagen estratégica del general como un líder militar triunfante mientras se alejaba de la precisión histórica.
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