Sunday morning jealousy, 1995
La Casa Encendida de Obra Social Caja Madrid presenta el programa «Chicanos en La Casa»
El 29 de marzo se presentará en rueda de prensa la exposición «Pintores de Aztlán» en L a Casa Encendida con la presencia de la comisaria, Mireia Sentís, el historiador de arte George Vargas , los artistas Chaz Bojórquez y Wayne Healy, la galerista Patricia Correia y el coleccionista Cheech Marin.
La muestra reúne una selección de obras de los artistas chicanos Frank Romero, Carlos Almaraz, Wayne Healy, Chaz Bojórquez, John Valadez, Adán Hernández, Patssi Valdez, George Yepes y David Flury en los Espacios A, B y C
Completarán la muestra diversas actividades como un programa de vídeo arte chicano en la Entreplanta , un ciclo de cine, conciertos de los grupos Charanga Cakewalk, The Neshama Alma Band y Michael Ramos Quartet , un seminario sobre cultura chicana y otro de muralismo con Wayne Healy
La Casa Encendida de Obra Social Caja Madrid presenta la exposición «Pintores de Aztlán» un recorrido sobre la pintura chicana que podrá verse en este centro del 30 de marzo al 3 de junio. Comisariada por Mireia Sentís , en la muestra podrán verse cerca de 60 obras de los artistas: Frank Romero, Carlos Almaraz, Wayne Healy, Chaz Bojórquez, John Valadez, Adán Hernández, Patssi Valdez, George Yepes y David Flury. Paralelamente tendrán lugar una serie de actividades como una selección de vídeo arte chicano en la Entreplanta comisariada por Rae Anne Robinett , un ciclo de cine y tres conciertos de música chicana ( del 30 de Marzo al 1 de Abril). Además, se imparte un taller de muralismo con Wayne Alaniz Healy (26- 30 de Marzo) presente en la muestra y un seminario sobre cultura chicana (29-31 de Marzo).
La identidad chicana, contexto histórico
La actual frontera entre México y USA fue creada por una guerra: la México-americana (1847-1848). Después de entrar en México DF, los Estados Unidos hicieron firmar a México el tratado de Guadalupe Hidalgo por el cual los mexicanos cedían las tierras que son ahora Arizona, California, Nuevo México, Texas, Utah, Nevada y parte de Colorado y Wyoming, a cambio de 15 millones de dólares.
Así, la cultura de los mexicanos que quedaron en el territorio norte fue transformándose poco a poco, dando paso a una nueva identidad cultural, totalmente propia, pero que comportaba/compartía dos cuadros de referencia.
Un siglo después de la construcción de esa frontera, empezó una profusa emigración del sur al norte que no ha hecho más que ir en aumento. Hacia 1960 el número de mexicanos trabajando en los campos de sus ex tierras, pero sin ninguna cobertura social, era ya lo suficientemente grande como para que empezaran a exigir ciertas condiciones de trabajo. Es cuando nace el Chicano (término que refleja raíces precolombinas) Civil Rights Movement , con Cesar Chávez como su líder. Este movimiento pronto sintió la necesidad de disponer tanto de eslóganes como de una iconografía propia. En 1965 se unieron al movimiento estudiantes y artistas. Estos últimos inspirándose en los muralistas de su país de origen y en su voluntad de inmortalizar a los héroes populares, crearon una fascinante cartografía tanto antropológica como político-social.
En los años setenta ya se les reconocía, en sus propias comunidades, no ya como artistas activistas sino como artistas a secas. No es hasta fechas relativamente recientes que han empezado a ser aceptados por Norteamérica como una potente y autóctona corriente artística.
El nacimiento del Arte Chicano
Los creadores mexicanos están presentes en la escena artística estadounidense desde principios del siglo XX, a partir de la revolución de 1910, que desencadena el primer desplazamiento masivo de emigrantes.
El Plan Espiritual de Aztlán marca el nacimiento del arte chicano, cuya primera etapa se extiende hasta finales de la década de 1970. Además del realismo ruso y mexicano, los artistas chicanos incorporan a sus modelos la revolución cubana. El muralismo arraiga especialmente entre ellos por la misma razón que lo había hecho entre los mexicanos: las óptimas condiciones climatológicas. En el caso de Los Ángeles, capital mundial del muralismo, se sumaba otro hecho importante: los kilómetros y kilómetros de muros construidos alrededor de las autopistas, enormes superficies visibles y aptas para pintar.
Aunque ya configurada, la estética chicana no emerge con fuerza hasta 1977, cuando el National Endowment for the Arts decide prestar atención a un colectivo que combina activismo político e inteligencia creativa mediante las técnicas más diversas.
Pintores de Aztlán
La muestra que ofrecemos acota tan sólo una pequeña parcela del arte chicano, centrada en una disciplina y representada por creadores, en su mayoría , de una misma generación. En el término Aztlán se reconocen exclusivamente una serie de artistas formados en los inicios del Movimiento, en sintonía con el llamado Plan Espiritual de Aztlán . Varios de ellos viven en Los Ángeles, la ciudad donde ha tenido mayor auge la corriente de pintura urbana que nos interesa subrayar. Habría que añadir que no nos centramos sólo en una ciudad, sino casi en un barrio: East LA, la zona considerada más dura, situada al Este de Los Angeles River.
Los artistas políticamente comprometidos de los años 60 han visto cumplirse muchas de sus reivindicaciones y objetivos: reconocimiento de la cultura autóctona, acceso general a los diferentes niveles de enseñanza, instauración de departamentos específicos y programas bilingües en las universidades, etc.
A pesar de los problemas pendientes, estos factores han permitido al creador dejar de tener como responsabilidad primordial servir de plataforma ideológica. En consecuencia, ha podido sumergirse en su estudio y explorar su intimidad. Resulta muy interesante descubrir qué representaciones emergen desde esa creatividad de «puertas adentro».
Habiendo alcanzado la pintura mural una significación tan marcada en sus comienzos -y el graffiti, telón de fondo constante en los barrios chicanos, puede considerarse una extensión del muralismo-, seguir la pista de algunos de estos pintores entraña un especial atractivo. Ante todo, continúan siendo figurativos, porque continúan queriendo ser espejo de una realidad social . Debido a la asociación preferente que se ha establecido entre jóvenes artistas contemporáneos y nuevos medios de expresión (performance, vídeo, fotografía, instalación), la pintura chicana ha tenido pocas oportunidades de difusión. En estos inicios del siglo XXI, resulta como mínimo estimulante decantarse por un soporte tan clásico como el lienzo .
Los artistas participantes en la muestra son: Frank Romero (Los Ángeles, 1939), Carlos Almaraz (México DF, 1941), Wayne Alaniz Healy (Los Ángeles, 1946), Chaz Bojórquez (Los Ángeles, 1949), John Valadez (Los Ángeles, 1951), Adán Hernández (Childress, Texas, 1951), Patssi Valdez (Los Ángeles, 1952), George Yepes (Tijuana, 1956) y David Flury (Los Ángeles, 1972).
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