James Abbott McNeill Whistler
Nocturno: Azul y plata – Chelsea, 1871
Tate Modern, Londres
Edmund Charles Tarbell
Tres Hermanas – Estudio bajo el sol de junio, 1890, 1890
Milwaukee Art Museum
Impresionismo americano en el Museo Thyssen El Museo Thyssen-Bornemisza presenta la primera exposición en España dedicada a la expansión del impresionismo en Estados Unidos. Del 4 de noviembre de 2014 al 1 de febrero de 2015.]]>
Fuente: Museo Thyssen-Bornemisza
Comisariada por Katherine Bourguignon, conservadora de la Terra Foundation for American Art y especialista en arte francés y americano de finales del siglo XIX y principios del XX, la muestra, que ya ha sido presentada en el musée des impressionnismes de Giverny y las National Galleries of Scotland de Edimburgo, rastrea a través de casi ochenta pinturas el modo en que los artistas norteamericanos descubrieron el impresionismo en las décadas de 1880 y 1890 y su desarrollo posterior, en torno a 1900.
Aunque artistas como Mary Cassatt y John Singer Sargent llevaran algunos años viviendo y exponiendo en Francia y tuvieran una relación muy estrecha con pintores como Degas o Monet, hubo que esperar hasta 1886, a la exposición de impresionismo francés organizada por el marchante Paul Durand-Ruel en Nueva York, para que los norteamericanos comenzaran a hacer uso de la nueva pincelada, los colores brillantes y los temas modernos del movimiento francés, y se animaran incluso a viajar a París para conocerlo de primera mano. Las obras de Cassatt, Sargent o Whistler reunidas en la exposición revelan su papel en el desarrollo del impresionismo en Europa, mientras que las de Theodore Robinson o Childe Hassam, entre otros artistas que viajaron también a Francia para conocer el impresionismo, muestran una asimilación más gradual de la nueva técnica. Al igual que las de otros pintores norteamericanos que, sin haber tenido un contacto directo con los impresionistas y desde puntos de partida muy diversos, supieron adaptar sus ideas y su forma de pintar a los temas nacionales y seducir así a un nuevo público. Todas están acompañadas en las salas por algunos lienzos de Monet, Manet, Degas y Morisot, que sirven para contextualizar y establecer un interesante diálogo entre ellas.
Para los pintores norteamericanos que querían participar de la modernidad europea era imprescindible pasar una temporada en París para visitar el Louvre y el Salón anual, e incluso formarse en alguno de los cada vez más numerosos estudios y academias. James McNeill Whistler fue uno de los primeros, seguido por Mary Cassatt. En 1874, cuando París se estaba recuperando de la guerra franco-prusiana, llegó una segunda oleada de pintores norteamericanos, como John Singer Sargent y Theodore Robinson.
Entre las obras más destacadas de la exposición se encuentran el famoso ‘Nocturno: Azul y Plata – Chelsea’ de James Abbott McNeill Whistler, ‘Verano’ de Mary Cassatt, ‘Dos mujeres dormidas en una barca bajo los sauces’ de John Singer Sargent, y ‘Tres Hermanas – Estudio bajo el sol de junio, 1890’ de Edmund Charles Tarbell.
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