HERZOG & DE MEURON – La incontestable lógica de la materialidad Un repaso a la sobresaliente trayectoria de estos geniales arquitectos suizos
por theartwolf.com
Cuando los arquitectos suizos Jacques Herzog y Pierre de Meuron (nacidos ambos en 1950) entraron en la escena arquitectónica, a principios de los 80, la arquitectura se hallaba en pleno proceso de cambio causado por el cansancio de las formas y soluciones postmodernas, que habían desembocado en un punto muerto. Por ello la propuesta de los dos jóvenes arquitectos suizos de una arquitectura que buscase su imagen formal como resultado de su propia lógica material y constructiva resultaba soprendente e innovadora.
Tomemos como ejemplo una de las primeras obras de Herzog & de Meuron, y quizás la que los colocó en primera línea arquitectónica: los almacenes para Ricola (1986-87). Frente a las complejas formas del postmodernismo, la propuesta de los arquitectos suizos era un volumen sencillo, un prisma puro de planta algo anodina, pero cuya resolución formal, basada en la propia capacidad expresiva del material empleado (madera) era sensacional. La propia lógica del material otorgaba al edificio un cierto componente clásico -tres ritmos distintos en fachada- poco usual en la arquitectura de la época.
Jacquez Herzog & Pierre de Meuron – Tate Modern, Londres (2000)
Jacquez Herzog & Pierre de Meuron – Apotheke des kantonsspital (1995-97)
Esta característica primordial, el buscar la forma del edificio mediante la lógica del material empleado y del proceso constructivo, es una característica que ha acompañado a Herzog & de Meuron a lo largo de toda su carrera, pese a los distintos caminos y experimentos tomados en los últimos diez años. Esta concesión del resultado formal al material negaba, entre otras cosas, la componente meramente artística de la arquitectura.
«La Arquitectura no es un Arte», manifestaba rotundamente Jacques Herzog en sus conversaciones con el fotógrafo Jeff Wall. No se puede entender la arquitectura como una simple expresión individual, como un mero gesto personal. Los dos arquitectos suizos negaban la interpretación meramente estilística de la arquitectura. Como afirma Moneo, refiriéndose a Herzog & de Meuron, «cualquier sumisión a una forma era enérgicamente rechazada». Esto representa la negación no quizás de una imagen, sino de ésta como resultado de factores ajenos a la propia arquitectura.
El «redescubrimiento» de los materiales y sus capacidades expresivas desembocaba también, como señala Moneo, en una «vuelta a los orígenes», a un valor «casi-primitivo» de la arquitectura, donde eran los propios materiales quienes forzosamente determinaban el resultado de la arquitectura. Este aspecto es evidente en obras como la propia Ricola, pero especialmente en las Bodegas Dominus de Napa Valley, California, (1995-97)
Jacquez Herzog & Pierre de Meuron – M. H. De Young Museum, San Francisco (1986-97)
Jacquez Herzog & Pierre de Meuron – Forum de las Culturas, Barcelona (2004)
Jacquez Herzog & Pierre de Meuron – Allianz Arena, Munich (2005)
¿De donde venían estas ideas? Como alumnos en Zurich, y admiradores en un principio, de Aldo Rossi, Herzog y de Meuron estaban familiarizados con el lenguaje de formas simples y volúmenes puros de éste último. Pero la arquitectura de Herzog y de Meuron poco tiene que ver con la de Rossi, cuyo interés por la expresividad del material era mucho menor que la de los suizos. En ese sentido, es mucho más importante el interés por algunos de los más representativos artistas minimalistas como Donald Judd. Este interés sigue hoy vigente, y los propios Herzog y de Meuron han manifestado en numerosas ocasiones su interés por las últimas experimentaciones de los artistas plásticos.
Sin perder estas ideas, muchas de sus obras posteriores resultan más complejas, y es de señalar la posible influencia que en ellas ha tenido el desarrollo de la informática. Resulta señalable la actitud un tanto contradictoria que Herzog ha mantenido con respecto a este tema: si bien en sus conversaciones con Jeff Wall alababa al ordenador «que carece de escala a priori», en otras entrevistas lo ha señalado como culpable de gran parte de los males de la informática moderna. En cualquier caso, la influencia de la informática en obras como el estadio Alliance Arena es innegable.
Jacquez Herzog & Pierre de Meuron – Walker Art Center, Minneapolis (2005)
Ha habido críticas, por supuesto. El interés que Herzog y de Meuron muestran por la resolución material de la fachada y los cerramientos ha provocado que ciertos teóricos califiquen sus obras de epidérmicas, irreprochables en su piel exterior pero descuidadas en su interior e incluso a nivel planimétrico. Muchas de sus obras más recientes, desde el edificio para el marketing de Ricola o el M.H. de Young Museum en San Francisco parecen desafiar estas críticas.
Pese a estas críticas, hoy en día Herzog & de Meuron figuran entre los arquitectos más prestigiosos del mundo, y también entre los más galardonados: Premio Pritzker en el año 2000, más recientemente (2006) les ha sido otorgada la medalla de oro de la RIBA (Royal Institute of British Architects)
OBRAS SELECCIONADAS Y COMENTADAS
ALMACÉN PARA RICOLA, LAUFEN (1986-87)
El complejo industrial de Ricola (1986-87) constituye el primer gran manifesto arquitectónico de Herzog & de Meuron. Arquitectura como reflejo de la construcción y el proceso constructivo. El material de construcción -en este caso paneles de madera- es el que va a marcar el resultado formal del edificio. En este sentido, Herzog & de Meuron parecen concordar con aquella idea expresada por Tatlin de que es el material el que crea la técnica, y ésta la que crea la forma.
Mientras que el edificio en planta resulta un tanto anodino, a nivel de cerramiento la obra resulta excepcional, explotando al máximo la expresividad del material. En este sentido, parece inevitable no mencionar la acusación que en muchas ocasiones se ha utilizado por los detractores de los dos arquitectos suizos de que sus obras son demasiado «epidérmicas», descuidando el interior de las mismas.
Rafael Moneo, en su ensayo sobre Herzog & de Meuron, hace especial hincapié en el valor «casi primitivo» de las obras de estos arquitectos, en el sentido de que parecen recuperar valores ya olvidados por la arquitectura contemporánea. Así, en este edificio podemos observar como la piel del edificio, aún manteniendo una lógica y una continuidad admirable, parece componerse de tres planos («ritmos») horizontales: un primer ritmo cuyo límite superior coincide con la altura de la puerta colocada en esquina, un cuerpo mayor intermedio, y una «cornisa» cuya forma viene -como no podría ser de otra manera- dada por las cualidades del material empleado.
GALERÍA DE ARTE GOETZ (1986-87)
Hablar de la Galería de Arte Goetz nos lleva de inmediato a hablar del minimalismo en Herzog & de Meuron, aunque esta obra parece ir más allá del simple minimalismo para introducirse en la pura abstracción.
De nuevo una planta algo anodina -aunque más elaborada que la Ricola- da paso a una fabulosa realización formal del exterior. Al igual que el edificio anterior era un tour de force de las cualidades expresivas de la madera, aquí el vidrio -la luz- es el protagonista de la arquitectura. Los arquitectos llegan incluso a negar la esquina, otorgándole una continuidad casi imposible en aras de explotar las cualidades del vidrio. El contraste lleno-vacío, luz-sólido, ligereza-masa, resulta evidente en la primera vista que tenemos de la pieza. Nada queda aquí de la idea de la planta como generadora de arquitectura que defendía Le Corbusier
Merece la pena señalar que, al igual que sucedía en el almacén para Ricola, la volumetría del edificio se compone de tres cuerpos horizontales, de un modo todavía más evidente.
Jacquez Herzog & Pierre de Meuron – Galería de Arte Goetz (1986-97)
CENTRO DE SEÑALES DE LA ESTACIÓN FERROVIARIA DE BASILEA (1994-98)
Siguiendo la idea de un volumen puro, casi abstracto, como generador de arquitectura es inevitable hablar del centro de señales en la estación ferroviaria de Basilea, una obra ya algo posterior a las dos anteriores. En este caso, el programa exige un edificio cerrado, introvertido, situado en un entorno urbano poco atractivo.
Si la madera era la protagonista de la Ricola , y los paños de vidrio en la Goetz , la estación de Basilea es un canto a las cualidades expresivas del cobre, usado como envolvente total del edificio, no sólo limitado a la cubierta. Al contrario, el cobre es el que da forma al volumen, más puro pero a la vez más complejo que el prisma que era la Galería Goetz. Aquí no observamos juegos de cuerpos o ritmos: el volumen posee ritmo por si sólo, gracias a las aletas de cobre y sus distintas apariencias según la luz que incida sobre ellas
Llama la atención la escala inabarcable -no por tamaño, pero si por inmedible- del edificio, como respuesta al entorno abierto, casi infinito, de las líneas de ferrocarril.
Estación ferroviaria en Basilea (1994-98)
BODEGAS DOMINUS, NAPA VALLEY, USA (1995-97)
En las tres obras anteriores hemos reiterado que la arquitectura de Herzog & de Meuron explota las características expresivas de un material como generador de la forma final del edificio. Esta idea alcanza su máxima expresión en las Bodegas Dominus (1995-97)
En efecto, la gran expresividad, casi brutal, de los grandes bloques de piedras encerradas casi hace absurdo cualquier comentario. Pero hay que decir, además, que esta inusual solución se ha probado de gran efectividad para la cría de viñedos. Los propios Herzog & de Meuron describen así las bodegas: «se podría describir nuestro uso de los gaviones como una especie de cestería de piedra con distintos grados de transparencia, algo más cercano a la piel que a una construcción tradicional.
Observando este edificio resulta inevitable no recordar las primitivas construcciones pétreas. El valor de «lo primitivo» en la arquitectura de Herzog & de Meuron del que hablaba Moneo alcanza aquí su máximo y más claro ejemplo.
EDIFICIO DE OFICINAS Y MARKETING RICOLA (1997-99)
El edificio de marketing para Ricola supone un cambio fundamental con respecto a los anteriores, ya que en él Herzog & de Meuron abandonan la idea del prisma perfecto para proponer una pieza de planta compleja de ángulos no ortogonales, que dará lugar a un riquísimo juego formal con los paños de vidrio que conforman la fachada del edificio.
Al contrario de lo que sucedía en la galería Goetz, donde el vidrio se trataba como una superficie continua, arrítmica, aquí la fachada se elabora mediante una multitud de paños de vidrio que no sólo se limita a la vertical, sino que encuentra una continuidad horizontal en el alero que corona la fachada. Esta fragmentación confiere al edificio una multiplicidad de perspectivas, debido a los diversos planos reflectantes superpuestos, cuyo reflejo cambia según donde se coloque el observador. Así, el prisma sólido e impenetrable del primer edificio Ricola o, sobre todo, la central en la estación de Basilea queda roto frente a este cambiante juego de imágenes y reflejos. Podríamos decir que, mientras que la Galería Goetz explora la continuidad y transparencia del vidrio, este edificio lleva hasta sus últimas consecuencias el ilusionismo del vidrio y su capacidad de ofrecer diversos planos e imágenes según las distintas perspectivas.
M.H. DE YOUNG MUSEUM , SAN FRANCISCO (2005)
Una de las más recientes y celebradas obras de Herzog & de Meuron es el M.H. de Young Museum en San Francisco, después de que el edificio original que albergaba las colecciones resultase dañado en un terremoto.
En esta ocasión la resolución formal del edificio es mucho más compleja que en los ejemplos anteriores. No tenemos un único prisma que resuelve todo el programa, sino que se ha optado por un juego de volúmenes vertical – horizontal en el que las obras del mundo occidental se situan en un cuerpo, y el resto en el otro.
El elemento de mayor interés e importancia del edificio es la torre. Al igual que sucedía en el centro de señales de la estación de Basilea, es el material -metal- llevado a sus últimas posibilidades expresivas el que hace posible la compleja forma de la pieza. Pero, al contrario que en aquel edificio, la torre del de Young Museum es una pieza permeable, en clara relación con el agraciado entorno del edificio -con vistas tanto al Golden Gate como a la ciudad de San Francisco.
Jacquez Herzog & Pierre de Meuron – M. H. De Young Museum, San Francisco (2005)
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