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Arte del Sudeste Asiático

Gigantes de piedra entre la selva

«Las puertas de cada entrada están magníficamente esculpidas, tan perfectas, tan delicadas, que Antonio da Magdalena, que estuvo en esta ciudad, dijo que parecían hechas de una única piedra. (…) A media legua de esta ciudad hay un templo llamado Angar. Es de una construcción tan extraordinaria que no es posible describirlo con una pluma, sobre todo porque no se parece a ningún otro edificio del mundo. Tiene torres y decoración y todos los refinamientos que el genio humano puede concebir».

Diogo do Couto, historiador portugués, tras la expedición de 1585 dirigida por Antonio da Magdalena a Angkor (extraído de «The Origins of the Civilisation of Angkor», de Charles F. W. Higham, 2002)

Imágenes: Cabezas colosales en Bayom, Angkor Thom, Camboya, 1195-1218. Fotografía de Jean-Pierre Dalbéra ·· Buda de Borobudur, Indonesia, siglo IX. Fotografía de Jan-Pieter Nap

Situadas entre las dos mayores y más influyentes civilizaciones de Asia, China e India (cuyo arte se estudia en ensayos independientes), las diferentes culturas del sureste asiático se vieron influenciadas en mayor o menor medida por ellas, pero manteniendo características distintivas que las hacen únicas.

El arte de Tailandia está claramente ligado al budismo, alcanzando su madurez durante el Reino de Sukhothai (1238-1438) y su apogeo durante el Periodo Bangkok (1767-1932), al final del cual la influencia occidental es apreciable, especialmente en la pintura. La escultura budista thai guarda similitudes con la de Laos, país limítrofe con Tailandia, con una destacada tradición en la producción de tejidos y bordados.

El punto álgido del arte del sureste asiático es sin duda el desarrollado en Camboya durante el Imperio Jemer (802-1431), cuando Angkor era una de las ciudades más importantes de mundo. El magnífico complejo de Angkor Wat, inicialmente hinduista y posteriormente incorporando obras budistas, fue en su momento el centro artístico más importante del sudeste asiático. Debe notarse que, pese a que la influencia de la India está presente en el arte Jemer, éste mantuvo unas características propias que lo hacen único. En el caso concreto de Angkor, «las maravillas monumentales de Angkor no podrían haberse construido de la forma en que lo hicieron sin la inspiración religiosa, tecnológica y artística de su vecino del oeste: sin embargo, Angkor nunca fue una ciudad india» («Arte de Camboya: Interacciones con la India», Revista MARG, 2015-2016)

En el caso de Malasia e Indonesia, situadas en el extremo sureste del continente, su geografía, formada por varias islas en un extenso marco geográfico, las hace ser enormemente diversas, combinándose templos monumentales budistas (como Borobudur) con máscaras tribales que podríamos considerar más melanesias que asiáticas.

G. Fernández · theartwolf.com

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