Arte Paleolítico
El Arte de la Supervivencia
Para los pueblos de la prehistoria, el arte representativo y abstracto tenía una importancia simbólica que se correspondía con el trabajo necesario para pintar en las profundidades de las cuevas, mover enormes piedras a grandes distancias o crear máscaras elaboradamente ornamentadas. Este arte y esta arquitectura conectaban los mundos de los vivos y de los espíritus, establecían jerarquías de poder social y ayudaban a la gente a aprender y recordar información fundamental sobre el mundo natural. No fue ‘arte por el arte’, pero sí fue uno de los elementos fundamentales de nuestro desarrollo como especie humana
Marilyn Stokstad and Michael Cothren: “Prehistoric Art”, 2010
Imágenes: Pinturas en la cueva de Lascaux (reproducción en Lascaux II), c. 15.000 a.C. Fotografía de Jack Versloot ·· Reproducción de un bisonte de la cueva de Altamira, c.22.000 a.C.
¿Cuándo empezó el arte? ¿Cuál fue la primera obra de arte del mundo?
Dos problemas, posiblemente insalvables, impiden dar respuesta a preguntas como las anteriores. En primer lugar, la definición de qué es arte y qué no lo es no es clara, y ha variado con el paso del tiempo, pasando de la algo rígida idea de “Artes liberales” del medievo a los interrogantes que plantean las últimas tendencias artísticas, incluyendo el “arte no humano” generado por ordenador. Es posible que incluso algunos de los primeros homínidos incorporasen un muy pequeño sentido estético a la hora de tallar alguna punta de lanza o un instrumento similar, pero si esto puede calificarse como “arte” es muy dudoso.
Por otra parte, el paso del tiempo ha destruido la mayor parte de los objetos (artísticos o no) creados por los habitantes del Paleolítico. Si bien varios ejemplos de pintura mural en cuevas o incluso pequeñas figuras de piedra han llegado a nuestros días, otras formas de expresión artística se han perdido. Como destaca el catedrático Eduardo Ripoll (“Historia del Arte”, Tomo 3, 1989), debieron existir trabajos de decoración de cuero o cestería, hoy destruidos. Y por supuesto, más allá del mundo de las artes visuales, cualquier ejemplo de música primitiva se ha perdido para siempre. Los ejemplos de arte paleolítico que han llegado hasta nuestros días han sido categorizados de distintas maneras por diferentes autores y en diferentes épocas, pero en la actualidad parece existir cierto consenso en la categorización aplicable. En un paper publicado en 2013, Óscar Moro Abadía y Manuel R. González Morales examinan varias publicaciones relacionadas con el arte paleolítico, señalando que «el análisis (…) demuestra que las representaciones paleolíticas se dividen, en primer lugar, en categorías parietales y portátiles. La primera incluye grabados, esculturas en bajorrelieve, pinturas, dibujos, plantillas y grabados encontrados en las paredes de las cuevas (arte rupestre en cuevas) y en superficies de piedra al aire libre (arte rupestre en exteriores). El segundo se refiere a una gama heterogénea de objetos portátiles, como estatuillas y tallas de marfil, huesos y piedras grabadas, adornos personales y objetos naturales ligeramente modificados«. (Óscar Moro Abadía y Manuel R. González Morales, «Paleolithic Art: A Cultural History«, 2013)
Imágenes: «Hombre león» de Hohlenstein, Alemania. c.40.000 – 35.000 a.C. Fotografía de Dagmar Hollmann / Wikimedia Commons. Licencia CC 4.0 ·· Venus de Willendorf, c.27 500 – 25 000 a. C., Austria. Fotografía de Matthias Kabel. Licencia CC 3.0
En cuanto a su significado, las manifestaciones más antiguas de arte figurativo que han sobrevivido son evidentemente animalistas: tanto las pinturas murales (Chauvet en Francia o Lubang Jeriji Saléh en Borneo) como la escultura del Hombre-león de Löwenmensch son testimonios de pueblos de cazadores. Y aunque el significado de estas obras todavía no está claro (se han propuesto varias teorías, señalando a la religión, el chamanismo o incluso el arte por el arte), el esmero y el detalle de las obras muestra la importancia casi divina que estos pueblos concedían a los animales con los que coexistieron. Teresa Chapa, arqueóloga y catedrática, escribió que «todos los autores coinciden en considerar que el arte es una forma de lenguaje, en el que se expresa un lenguaje comprensible para los grupos humanos que lo realizaron. Este mensaje iba probablemente destinado a reforzar la idea de un pueblo que daba una importancia extraordinaria a la caza mayor» («Las Claves de la Prehistoria», 1993)
Además del arte figurativo, existen ejemplos de arte abstracto prehistórico. ¿Cuál es su origen, y su propósito? El profesor Louis-René Nougier (“Historia del Arte”, Salvat Editores, Tomo 1, 1981) distingue entre arte abstracto “derivado” (señalando como ejemplo la evolución de pinturas encontradas en Lascaux, de la cabra naturalista a la decoración “en púas”) y un arte abstracto “puro”, como las decoraciones halladas en cuernos de mamut en Mezin, Ucrania. Pero, más allá de su interés y su innegable valor estético, el propósito de estas obras es todavía objeto de debate. Antes de aceptar como válidas cualquiera de las teorías al respecto, mantengamos presente la reflexión de Grahame Clark, acerca del error de juzgar el arte prehistórico de acuerdo a la mentalidad de nuestra cultura moderna. Para Clark, para los habitantes del Paleolítico «el arte no es un entretenimiento o un medio de autoexpresión, sino la adaptación a los ritos y ceremonias relacionados con el nacimiento, la muerte, la fecundidad y la propiciación de fuerzas malignas» («El despertar de la civilización», 1961). Pero, ¿Qué ritos fueron estos? ¿Cuál fue el significado de estas ceremonias?. No lo sabemos, el contexto se ha perdido, sepultado tras miles de años de evolución humana. «No estamos en condiciones de afirmar si el rito o ceremonia consistía en el hecho de ejecutar materialmente las figuras o en algo que se hacía delante de ellas«, concluye Alfonso Moure («El origen del hombre», 1989). «A este ‘algo’, que podría ser palabra, gesto, música o tradición oral, difícilmente podremos llegar«.
G. Fernández · theartwolf.com
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