Arte de Oceanía
Constelación de micromundos
¿Los habitantes de la mayor parte de Oceanía viven en espacios reducidos? La respuesta es «sí» si uno cree en lo que dicen ciertos científicos sociales. (…) Cuando ven una isla de la Polinesia o de la Micronesia, la califican naturalmente de ‘pequeña’ o ‘diminuta’. Su cálculo se basa enteramente en la extensión de las superficies terrestres que ven. Pero si observamos los mitos, las leyendas y las tradiciones orales, y las cosmologías de los pueblos de Oceanía, se hará evidente que no concebían su mundo en proporciones tan microscópicas. (…) Su mundo era todo menos ‘diminuto’».
Hau’Ofa, Epeli: «Our sea of islands», 1993
Imágenes: Estatuas de Uli, Papúa. Museo Dahlem, Berlín. Foto de Dalbera ·· Proa de canoa del Pacífico – Isla Vao en Vanuatu. Foto de Didier Descouens ·· Ahu Tongariki (grupo de moai) en la Isla de Pascua. Foto de Ian Sewell.
Resulta evidente que el marco geográfico ha sido determinante en la conformación de todas las culturas del mundo, y por tanto de su arte, pero esto es especialmente claro en el caso del arte de Oceanía. El carácter insular del continente provocó que la mayor parte de los pueblos que lo habitaron vivieran prácticamente aislados del mundo exterior, dando lugar a un número enorme de culturas, generalmente de pequeño tamaño, que crearon una interesante producción artística en la que los puntos comunes son su carácter generalmente mágico/religioso y la simplificación geométrica que en ocasiones llega hasta la abstracción.
Por lo general, se suele dividir Oceanía en cuatro áreas diferenciadas, si bien los límites entre algunas de ellas varían según la fuente consultada: Australia (a la que algunos autores consideran un continente en sí misma), Melanesia, Micronesia y Polinesia. Del mismo modo que los límites geográficos entre estas zonas (excepción hecha del caso de Australia) son difusos, también lo son las diferencias artísticas entre ellas. De modo muy generalista, podemos recurrir a la clasificación realizada por el Museo de Arte Moderno de Nueva York con ocasión de la gran exposición “Arts of the South Seas” que el museo presentó en 1946, y en la que el catálogo de la exposición caracterizaba el arte de Melanesia como “exageración de las formas naturales”, el de Micronesia como “simplificación de las formas naturales” y el de Polinesia como “geometrización de las formas naturales”.
Entre el arte de los habitantes originales de Australia destaca las pinturas rupestres, que se encuentran entre las obras de arte más antiguas de la tierra. En concreto, las pinturas de la cueva de Gabarnmung han sido datadas en unos 28.000 años de antigüedad. En Melanesia, destaca la variada producción artística de Nueva Guinea (Papua), la mayor isla del continente, por detrás de Australia. La exageración de las formas naturales mencionada anteriormente es apreciable en las estatuas Uli.
Las obras más célebres de Polinesia, y quizás de todo el Arte del Pacífico, son los moai, estatuas monolíticas de la Isla de Pascua (Rapa Nui), creadas entre 1250 y 1500. El arte maorí de Nueva Zelanda es notable por su whakairo, una tradicional técnica de tallado en madera, piedra o hueso. Por su parte, el arte de las Islas Hawái destaca por sus tallas de madera y sus textiles de formas geométricas e intensos colores.
Si bien la influencia del arte de Oceanía y el Pacífico no tuvo la misma influencia sobre el arte moderno europeo que el africano, esta tampoco puede pasarse por alto. Artistas como Picasso o Matisse tuvieron obras de arte del Pacífico en sus colecciones privadas. Sin embargo, «el arte oceánico, sin embargo, tuvo quizás su impacto más profundo en los surrealistas. En la fantasiosa geografía del famoso ‘mapa surrealista del mundo’, publicado en 1929, los grandes archipiélagos del Pacífico, muy ampliados, ocupan una posición central, lo que refleja el papel crucial del arte oceánico en el movimiento.» (“Oceania: Art of the Pacific Islands in the Metropolitan Museum of Art”, publicado por el Metropolitan Museum of Art, 2007)
G. Fernández · theartwolf.com
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