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Arte Islámico

Geometrías para una fe eterna

¿Qué puede significar el «arte» en una cultura en la que el principal órgano de percepción no es el ojo ni el oído, sino el corazón? Requiere un cambio de lo visible a lo sensible, en el que la atención no se dirige hacia el exterior del objeto, sino hacia el interior, dentro del corazón.

Wendy M. K. Shaw: «¿Qué es el arte ‘islámico’? Entre la religión y la percepción»

Folio del «Corán Azul«, siglos IX-X dC. Museo Metropolitano de Arte, Nueva York ·· Lámpara, Egipto, c. 1360 d.C. Galería de Arte Fre

Pese a que el arte islámico abarca un amplio rango temporal (más de un milenio) y geográfico (desde el África occidental hasta el sudeste asiático), posee bastantes rasgos estilísticos comunes en toda época y lugar. Por lo general, el arte islámico no se centra en la representación concreta de figuras (prohibida según algunas interpretaciones del Corán) y recurre a diseños geométricos, florales o incluso abstractos; presentes en todas las formas de expresión artística, desde tejidos hasta elementos arquitectónicos.

Existe cierto debate acerca de la influencia del arte cristiano en la formación del arte islámico, aunque es indiscutible que en los comienzos de la expansión islámica, los conquistadores se sintieron atraídos por las obras de arte bizantinas. «Al principio de las conquistas, los musulmanes admiraban el arte del mundo cristiano conquistado, y consideraban la brillantez de la decoración de las iglesias como una técnica superior (…) Llevaron con ellos a los mosaiquistas bizantinos para decorar la mezquita de Damasco y probablemente la de Medina. Sin embargo, el asombro y la admiración iniciales de los musulmanes pueden suscitar rechazo y desprecio«. (Hee Sook Lee-Niiniona, «Islamic calligraphy & Muslim identity», 2018). En su expansión hacia el este, el arte islámico tomó también elementos del arte sasánida.

Entre todas las formas de arte islámico, la caligrafía cobra especial importancia, hasta el punto de ser considerada la “quintaesencia” del arte islámico (“Arabic script and the Art of Calligraphy”, The Metropolitan Museum of Art), y se manifiesta no solo en manuscritos, sino en cerámica, azulejos e incluso en elementos arquitectónicos.  En cuanto a la pintura, la forma tradicional es la miniatura, que floreció especialmente en Persia, de donde llegó hasta la India durante el Imperio mogol, y en Turquía, durante el imperio otomano.

Basawan: «Batalla de Thanesar», 1590-1596. Miniatura ·· Techo del interior de la mezquita Nasir-ol-Molk, Irán, 1876-1888. Foto de Diego Delso.

Otra de las técnicas artísticas más apreciadas del arte islámico es el vidrio, cuyo origen está relacionado con los vidrios de la época romana. En el arte islámico, el vidrio «sigue dos desarrollos diversos: en Egipto, tratar el cristal de roca como una piedra más; en Siria, soplar el vidrio, con resultados de gran finura y transparencia» (Emilio de Santiago Simón, «Las claves del mundo islámico, 622-1945», 1991). Dentro de la orfebrería islámica destacan las figuras de animales mitológicos, como los aguamaniles o el Grifo de Pisa, creado probablemente en el Al-Andalus

Entre las formas más conocidas de arte islámico están las alfombras, de las que han sobrevivido fabulosos ejemplares de Persia y Turquía. No obstante, su uso fue extendido en prácticamente todas las regiones influenciadas por el islamismo. En palabras del Dr. Rabah Saoud (“La alfombra musulmana y el origen de la alfombra”, 2004), “para las tribus beduinas tradicionales de Arabia, Persia y Anatolia la alfombra era el centro de su vida”, siendo usada como tienda de campaña improvisada, como suelo o como cortinas. Pero además “con el Islam, se añadió otro valor significativo a la alfombra, al ser un mueble del Paraíso mencionado numerosas veces en el Corán, por ejemplo en la Surah 88”.

La arquitectura islámica mostró particularidades relacionadas principalmente con el lugar donde la obra de arte fue creada. En la arquitectura islámica del Al-Andalus, por ejemplo, encontramos arcos de herradura tomados de la arquitectura visigoda, mientras que en la India se tomaron elementos del sincretismo. Un elemento característico de los más importantes edificios islámicos es su uso de mosaicos y teselado geométrico mediante azulejos de colores vivos, influido probablemente por los edificios bizantinos.

G. Fernández · theartwolf.com

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