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Arte Africano

Rostros de Poder y Sabiduría

«Las máscaras [africanas] no eran simples esculturas como las demás. En absoluto. Eran objetos mágicos… Eran armas. Para ayudar a la gente a dejar de ser gobernada por los espíritus, a liberarse. Herramientas. Si damos una forma a esos espíritus, nos liberamos… Entendí por qué me hice pintor. ‘Les Demoiselles d’Avignon’ debió de nacer en mí ese mismo día, pero no por las formas, sino porque fue mi primer cuadro de ‘exorcismo’»

Pablo Picasso, recordando su primera visita al Museo Etnográfico del Trocadero de París

Imágenes: Benín. Placa de latón que representa a un funcionario judicial. Anteriormente en el Museo Metropolitano, devuelta a Nigeria en 2021. Imagen por cortesía del Metropolitan Museum of Art, Nueva York ·· Pueblo fang, máscara con casco Ngontang con cuatro caras, Royal Museum for Central Africa ·· Congo, Figura de poder (Nkisi N’Kondi: Mangaaka), Metropolitan Museum of Art ·· Máscara Kifwebe, Dallas Museum of Art

Por lo general, se entiende por arte africano a toda forma de arte producida en el África subsahariana a lo largo de la historia. En este sentido, si bien el arte del Antiguo Egipto es, al menos desde el punto de vista geográfico, enteramente africano, su cultura y marco temporal es muy distinto a la de las culturas que del África subsahariana, y en esta página se aborda en una entrada independiente. La misma estrategia se ha seguido con el arte islámico creado en el norte de África.

El principal aspecto al tener en cuenta al estudiar el arte africano es la enorme cantidad de culturas existentes. Sirva como ejemplo el hecho de que el número de idiomas hablados en el continente se calcula entre 1000 y 2000 (“Introduction to African Languages”, Universidad de Harvard), con 250 de ellos hablados en el territorio de la actual Nigeria. Por lo general, estamos hablando de comunidades culturales de tamaño más bien pequeño, con un gran sentido de la vida en comunidad, que otorgan una gran importancia al clan, y un gran respeto a los antepasados. Dentro de estas unidades culturales, el arte sirve como refuerzo y celebración de la comunidad. Así, “el escultor no era un individuo que expresaba sus sentimientos personales (…) sino que el arte que producía pretendía satisfacer las necesidades de una comunidad en la que estaba muy integrado. (…) Es frecuente que la pauta establecida para las formas tuviera significación únicamente para la comunidad que la generaba (…), Así pues, el arte constituía una fuerza unificadora dentro de la comunidad, puesto que reafirmaba la identidad comunitaria al servirse de un lenguaje específico” (Jocelyn Murray, Instituto Africano de Londres: “Atlas Culturales del Mundo: África”, 1992.)

Resulta muy difícil establecer algún tipo de clasificación o agrupación en el arte del África subsahariana. Algunas divisiones geográficas propuestas (África oriental, Sur del Río Congo, etc.), aunque puedan resultar prácticas a la hora de estudiar las culturas de forma individual, resultan bastante arbitrarias. Por lo general, el arte tradicional africano empleó la madera como material base, realizando obras escultóricas de pequeño y mediano tamaño, en especial máscaras y figuras rituales. En algunos casos, se emplea pelo de animal, piedras semipreciosas u otros objetos con sentido estético o expresivo.

Existen, por supuesto, casos particulares muy notables dentro del arte africano. Uno de ellos son los Bronces de Benin, un conjunto de más de mil placas y esculturas de metal, generalmente bronce o latón, de estilo mucho más naturalista que otras obras de arte del continente, como las de la cultura Fang o Senufo; y que llamaron la atención de los primeros exploradores europeos, siendo alabados en el libro “Descripción de África” publicado en 1668 por Olfert Dapper. En el caso de Etiopía, la temprana e intensa influencia cristiana llevó a crear obras de arte y arquitectura muy distintas a las de zona vecinas.

El arte africano tuvo una influencia colosal en las vanguardias del arte europeo de principios del siglo XX. Como se indica en la cita que da comienzo a este ensayo, Picasso reconoció su deuda con el arte africano antes de su Periodo Cubista, y la influencia de las máscaras africanas es evidente en artistas como Matisse y Modigliani. Tras el fin de la era colonial, el interés por el arte contemporáneo africano ha ido aumentando, realizándose exposiciones en los principales museos del mundo, y con artistas como El Anatsui, cuyo arte se basa en la tradición de  su Ghana natal, logrando el interés de grandes coleccionistas.

G. Fernández · theartwolf.com

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African Art

Faces of Power and Wisdom

“[African] masks were not simply sculptures like any other. Not at all. They were magic objects…They were weapons. To help people stop being ruled by spirits, to free themselves. Tools. If we give a form to these spirits, we become free…I understood why I became a painter. ‘Les Demoiselles d’Avignon’ must have come to me that very day, but not at all because of the forms; because it was my first exorcism painting”

Pablo Picasso, recalling his first visit to the Ethnographic Museum of the Trocadéro in Paris

Images: Benin. Brass plaque depicting a court officer. Formerly at the Metropolitan Museum, returned to Nigeria in 2021. Image courtesy of the Metropolitan Museum of Art, New York ·· Fang people, Ngontang helmet mask with four faces, Royal Museum for Central Africa ·· Kongo, Power Figure (Nkisi N’Kondi: Mangaaka), Metropolitan Museum of Art ·· Kifwebe Mask, Dallas Museum of Art

African art refers to all art forms produced in sub-Saharan Africa throughout history. In this sense, while Ancient Egyptian art is, at least geographically, entirely African, its culture and time frame are very different from that of the cultures of sub-Saharan Africa, and is dealt with in a separate entry on this website. The same strategy has been followed with Islamic art created in North Africa.

The main aspect to bear in mind when studying African art is the sheer number of cultures that it encompasses. For example, the number of languages spoken on the continent is estimated to be between 1000 and 2000 («Introduction to African Languages«, Harvard University), with 250 of them spoken in the territory of present-day Nigeria. Generally, these cultural groups are/were communities of rather small size, with a strong sense of community life and belonging to the clan, and great respect for the ancestors. Within these cultural units, art serves as a reinforcement and celebration of the community. Thus, «the sculptor was not an individual expressing his personal feelings (…) but the art he produced was intended to satisfy the needs of a community in which he was closely integrated. (…) Often the pattern set for the forms had significance only to the community that generated it (…) Thus art was a unifying force within the community, as it reaffirmed community identity by using a specific language» (Jocelyn Murray, African Institute of London: «Cultural Atlas of the World: Africa», 1992).

It is very difficult to establish any kind of classification or grouping of sub-Saharan African art. Some of the proposed geographical divisions (East Africa, South of the Congo River, etc.), while practical for studying individual cultures, are rather arbitrary. In general, traditional African art used wood as a base material, producing small and medium-sized sculptural works, especially masks and ritual figures. In some cases, animal hair, semi-precious stones or other objects with an aesthetic or expressive meaning are used.

There are, of course, very notable individual cases within African art. One of them are the Benin Bronzes, a collection of more than a thousand metal plaques and sculptures, generally bronze or brass, showing a much more naturalistic style than other works of art on the continent, such as those of the Fang or Senufo cultures, which attracted the attention of the first European explorers and were praised in the book «Description of Africa» published in 1668 by Olfert Dapper. In the case of Ethiopia, the early and intense Christian influence led to the creation of art and architecture very different from those of neighbouring areas.

African art had a colossal influence on the European avant-garde art of the early 20th century. As the quote at the beginning of this essay indicates, Picasso acknowledged his debt to African art before his Cubist Period, and the influence of African masks is evident in artists such as Matisse and Modigliani. Following the end of the colonial era, interest in contemporary African art has been growing, with exhibitions in major museums around the world, and with artists such as El Anatsui, whose art draws on the tradition of his native Ghana, attracting the interest of major collectors.

G. Fernández · theartwolf.com

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