Doug Wheeler: PSAD Synthetic Desert III, 1971. Del 24 de marzo hasta agosto de 2017 en el Guggenheim Museum de Nueva York
El desierto sintético de Doug Wheeler en el Guggenheim El Museo Solomon R. Guggenheim muestra por primera vez un grupo de instalaciones concebidas por Doug Wheeler durante los años sesenta y setenta: ‘Doug Wheeler: Desierto Sintético PSAD III, 1971’, del 24 de marzo hasta agosto de 2017.]]>
Fuente: Solomon R. Guggenheim Museum
Producida en estrecha colaboración con el artista, la instalación del Guggenheim se desarrolla a partir de dibujos ejecutados en 1971. Además de la modificación arquitectónica de las habitaciones existentes para lograr una sensación de espacio infinito, que es característica de la obra de Wheeler de dicha época, «PSAD Synthetic Desert III» incorpora un elemento acústico: el trabajo es una «cámara semi-anecóica» diseñada para suprimir todos los niveles, excepto los más bajos, de sonido ambiental. El concepto del artista del desierto sintético parte de experimentos psicológicos y neurofisiológicos sobre la privación sensorial que se remontan a mediados del siglo XX. Wheeler también compara el impacto de su trabajo con su propia experiencia del Desierto del Suroeste Americano, donde el silencio casi absoluto influye profundamente en la sensación visual del espacio.
«Doug Wheeler: PSAD Desierto Sintético III» está organizado por Jeffrey Weiss, Conservador Superior, y Francesca Esmay, Conservadora, con Melanie Taylor, Directora de Diseño de Exposiciones del Solomon R. Guggenheim Museum. Para realizar la obra de arte, el museo está trabajando estrechamente con Raj Patel y Joseph Digerness de Arup, una firma de diseño que se especializa en las propiedades acústicas del espacio construido. La presentación se lleva a cabo junto con la Iniciativa de la Colección Panza de Guggenheim, un estudio en curso dedicado a las cuestiones sobre el desarrollo e instalación de Arte Minimal, Post-Minimal y Conceptual.
A Wheeler se le asocia estrechamente con el movimiento «Luz y Espacio» del arte de la Costa Oeste. Desde que abandonó la pintura a mediados de los años sesenta, gran parte de su trabajo se ha basado en la desmaterialización óptica del espacio de una galería o sala de museo. A través de una sutil aplicación de la tecnología de la luz y, a veces, del sonido, produce entornos espaciales inmersivos que elevan nuestra comprensión de la experiencia perceptual.
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